El PAN quema sus naves en Cajeme.- David Galván y Rafael Delgadillo no perciben que tienen, al interior, en Andrés Salas, la fortaleza que podría darles triunfos.- Les mandó decir ya Gustavo Almada, del MC, que aceptaría alianza sólo siendo él candidato
Bernardo Elenes Habas
Es evidente.
El PAN Cajeme quema sus naves, lastimosamente.
O existe mala dirigencia por parte de quienes, cada día, demuestran su inmadurez política; o alguien está empeñado en hacer rodar hacia la fosa de la derrota al partido azul.
A estas alturas, los ínclitos panistas ya deben haber comprendido que no están abiertas las puertas de las alianzas para ellos, menos si pretenden ser cabeza en este tipo de mezclas.
Ya se los mandó decir Gustavo Almada, del MC, en el sentido de que sólo conjugaría esfuerzos con Acción Nacional, si él es el candidato a la alcaldía. Pero además, sin que se pretenda imponer en las planillas y fórmulas a gente que obedezca órdenes de la dirigencia.
¿Más claro, Rafael Delgadillo, David Galván?
Si no someten el PAN Cajeme al MC de Almada y Jorge Russo, para que ellos conduzcan el proceso de candidaturas y el trayecto de campañas y elecciones, sencillamente no hay trato. Es decir: Se doblegan o se doblegan.
¿No habrán mirado Delgadillo Barbosa y Galván Cázares, hacia el interior de su estructura partidaria, sopesando su activo humano, para entender que si se lo proponen pueden dar la batalla y hasta lograr triunfos?
Aquí en Cajeme, si el axioma de don Jesús Reyes Heroles no falla –en política, todo lo que es forma es fondo-, la gran lucha ser
Por eso la deducción referente a que los conductores del PAN están perdiendo el tiempo.
Porque, en este nivel del proceso, si se despojaran de ambiciones personales deberían estar
¿Quiénes son sus mejores hombres y mujeres? Dirigentes, activos, adherentes y simpatizantes lo saben. Pero la ceguera que contraen al pertenecer a determinados grupos internos (unos trabajan por la candidatura presidencial de Ricardo Anaya, otros por Margarita Zavala, y algunos por Rafael Moreno Valle), los limita no a reconocer que existen valores en los demás, sino a no aceptarlos y por lo tanto a no promoverlos, aunque lleven la misma marca.
A esto se le suma la carencia de visión presente y futura de dirigentes sin oficio y vocación, quienes utilizan procedimientos gerenciales o bancarios, que no funcionan en
Desperdician, pues, su pólvora en celos internos, cuando ya deberían traer una revolución azul, capaz de reafirmarlos como la oferta electoral que son en Cajeme, en torno al perfil humano, sencillo y noble de Andrés Salas, por ejemplo; valores que no perciben los líderes, pero que quiere y alienta el pueblo.
De continuar así, el PAN va a acabar con el PAN, antes que asome el 2018, y entonces la contienda sería entre PRI y MC…
Le saludo, lector.