Bernardo Elenes Habas
La semana próxima –viernes 21 y sábado 22-, visitará Sonora Andrés Manuel López Obrador, como parte de la gira de agradecimiento y reafirmación de principios y valores políticos y humanos, que realiza por el País.
En dicho trayecto, de acuerdo a información del dirigente de Morena en la Entidad, Jacobo Mendoza Ruiz y Jorge Taddei Bringas, futuro delegado estatal de Programas Integrales de Desarrollo, está prevista una reunión de AMLO con la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano.
Este anuncio sobresalta los ánimos de muchos integrantes de la clase política y, por supuesto, de seguidores de López Obrador que lo apoyaron hasta el extremo en el campo de batalla electoral.
Sin embargo, no debe causar extrañeza que un virtual mandatario entable diálogo con la responsable constitucional de los
De hecho, con este contacto, se pondrá a prueba la capacidad gestora de Claudia y, esencialmente, la responsabilidad que tiene de sacar adelante al Estado, planteando alternativas de desarrollo, solicitando atención profunda para que la justicia social sea agua y pan cotidiano en la mesa de los sonorenses, más allá de extremismos y odios partidarios, que los
Por ello la importancia de que la gobernadora Pavlovich, se conduzca por la línea luminosa de la congruencia republicana. No alentando acciones malas que parezcan buenas, como ya sucedió con la controvertida LeyVeto. Mostrándose en casa de cristal. Sabedora que, después de este parteaguas político, la voz sabia de la ciudadanía, debe, por principio de cuentas, ser escuchada, alentándola en sus reflexiones y planteamientos positivos. Pero también, marcándole con el respeto y firmeza que conlleva la verdad, posibles errores, equivocaciones, malas intenciones concebidas desde los sótanos de la perversidad política, que las hay y las habrá siempre.
Aunque pareciera un contrasentido, en mucho tiene que ver la proximidad anticipada que perfila AMLO hacia la estructura del Gobierno del Estado como institución, los buenos oficios y la relación respetuosa de un sonorense que sabe accionar con experiencia y tacto responsable, las formas y los fondos de un quehacer político que no se enquista en extremos ciegos de poder ni en fanatismos a ultranza, sino reconociendo triunfos y derrotas con civilidad, manteniendo la visión legítima de que a México, y por supuesto a Sonora, le vaya bien.
Le saludo, lector.