No lo niego, mi acta de identidad es la poesía. En esa tierra pródiga está mi ramada solariega. El espacio desde donde dejo caer de mis alforjas, las semillas del canto, para que un día revienten en espigas, en sueños limpios, sin el ácido del odio que corroe. Hoy reproduzco de mi poemario Esta es mi canción, con el que obtuve el Premio Libro de Poesía 2010, un puñado de versos, que humildemente te ofrendo.
No voy a evitar la lluvia del silencio
cayendo en el fuego de mi sangre
que sólo tiene un tiempo y un sonido,
para contar las cosas de mis sueños
o para decir mi extraña biografía.
Simplemente,
con transparente voz,
con derramada quietud sobre los
espasmos de este ambiente,
con un grito como flecha
arrojado hasta el cosmos
para reventar en el centro de esta hora,![]()
con ese sentimiento
diré mi canción, mi nombre
y el nombre fuerte de mis padres. No
mi biografía.
Ella, María: hija de la tierra, del arado,
del canto, con el alma limpia
predispuesta a la labranza.
El, Juan: marinero, hijo del dolor,
jornalero del deber, asalariado
de los sueños,
que tenía por patria el mar
Ellos son mis padres. Los juntó
la brisa que llevaban las
gaviotas fugitivas
para bañar las heridas del campo,
de la sierra.
¿Y mis hermanos?
Qué más decir, sólo que tenemos
el mismo signo
y somos bandoleros de los sueños.
¿Mi nombre?
Qué importa ahora, tan sólo
dirá su canto y luego
marchará en pos de la jornada…
Esta es mi canción.
Escuchad ahora estas palabras
como hordas impetuosas
que ya galopan tras de la ventura.
Esta es mi canción,
humildemente te la ofrezco…
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