Recordar al General Lázaro Cárdenas del Río, es honrar la memoria de uno de los mexicanos más grandes del siglo xx, cuyas obras gubernamentales y sociales son componentes indiscutibles de nuestra historia patria.
Cárdenas del Río, pasó a la historia por haber defendido como ninguno, la soberanía nacional, las riquezas naturales y los derechos de las clases populares.
Fue no sólo el más digno y fiel intérprete de los postulados de la Revolución Mexicana, sino su más decidido impulsor y ejecutor.
La historia nos enseña, cómo la figura de Lázaro Cárdenas fue cobrando día a día mayores dimensiones, en una época en que a México lo lastimaban convulsiones sociopolíticas profundas y la nación luchaba por resurgir de entre las ruinas.
En 1928, a la edad de 33 años, Lázaro Cárdenas, asumió el cargo de gobernador de su estado natal, Michoacán, del cual tuvo que separarse temporalmente, para combatir brotes de la rebelión cristera.
En 1931 fue Secretario de Gobernación, en 1932 contrajo matrimonio con Amalia Solórzano y en 1933 aceptó la candidatura a la Presidencia de la República ganando las elecciones el 4 de julio de 1934.
Sin triunfalismos, con la solemnidad del patriota sereno, enfocó toda la fuerza de su gobierno en crear oportunidades y mejores condiciones de vida a los campesinos, los obreros, los indígenas y los desposeídos.
En mayo de 1937, Cárdenas decretó la nacionalización de los ferrocarriles, medida con la que buscaba desarrollar una infraestructura óptima de comunicaciones, que sirviera como impulso a la producción agropecuaria e industrial del país.
El Presidente Cárdenas afirmaba que, educación y economía son dos conceptos ligados profundamente.
Durante su sexenio, se modificó el Artículo Tercero constitucional, para dar lugar a la educación socialista y obligar por primera vez a las escuelas privadas, a seguir los programas oficiales.
Esta nueva orientación impulsó la educación en todos los niveles; con lo que respecta a la educación primaria, se crearon internados comunales, comedores y becas; las escuelas se vincularon con los centros de producción, alentando a la educación técnica, se crearon las normales rurales para formar maestros y resurgieron las misiones culturales.
Entonces, como ahora, si no hay educación de calidad no hay desarrollo, y sin desarrollo no puede haber condiciones económicas que permitan mejorar ni otorgar la educación que las circunstancias nacionales necesitan.
El reparto agrario y la nacionalización del petróleo, cuya decisión se anunció el 18 de marzo de 1938, son sin duda dos referentes obligados al evaluar el Gobierno de Cárdenas.
Aplicó por primera vez, hasta las últimas consecuencias los artículos 27 y 127, referidos a la propiedad de la nación sobre las tierras, minas y recursos naturales, a fin de lograr mejores condiciones para los campesinos y los obreros.
Éste es el compromiso con el que podemos y debemos honrar verdaderamente el ideario y la obra del tata cárdenas.
Murió en la ciudad de México, un día como hoy 19 de octubre del año 1970.

























































