Poema de domingo.- Solíamos hacer unidos la jornada, con pluma y libreta en mano, hace 37 años. Entrábamos a los hospitales, a la frialdad de las oficinas públicas. Teníamos una visión profunda del periodismo. Luchábamos porque éste mantuviera su compromiso con los seres humanos, los dramas de la vida, las injusticias. Pero también, que fuera puente para la creación literaria. Parcela donde cayeran pródigas las semillas del arte, el poema, la narrativa. Un día, juntos, convocamos para dar testimonio de fe en memoria de nuestro amigo recién muerto (agosto 12 de 1983), Luciano, el filósofo dueño del mundo. Fue la explanada del Mercado Municipal, escenario donde cantaron y recordaron al autor de “Los 50 pensamientos”, Panchito Acosta, Angelina y Manuel Soto, César Valenzuela, José Manuel Franco, Ricardo Montoya. Dejaron constancia con emotivas y bellas semblanzas del trazado cultural y humano del homenajeado post mortem, su hermano Alfonso Román Rivera, el doctor Eustolio del Río, José y Miguel Salcido Plascencia, Pascual Acuña Figueroa, Fausto Román Meza, Cira Sánchez Montoya, Eloísa Icedo, Haydée León, Abrahana Rivas Noriega, Rogelio Arenas Castro, Carlos González Berlanga. Y ahí estaba ella, incansable activista de los sueños. Quien, de pronto, en estos días, me envía un mensaje y me dice: “Te he traído un poco de lluvia para sentir menos calor”. La había visto el año anterior en gráficas, al lado del escritor Enrique Krauze, durante el desarrollo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara… Ella es caudal de tiempos idos, llave de mis recuerdos, por eso vive en mis poemas…
Bernardo Elenes Habas
SOLÍAMOS…
Bienvenida mujer
Invocaba tu nombre,
tu figura morena,
soñando en que llenabas
mi río y mis praderas.
Desde el fondo del tiempo,
donde aroman la brisa
capomo y vinoramas,
donde anidan relámpagos
que engendranhttps://c0.pubmine.com/sf/0.0.3/html/safeframe.htmlREPORT THIS AD
las tormentas,
donde la voz es agua
bajando de la sierra
a bautizar tu cuerpo,
a besar tus silencios,
tus alas que transmigran
la rosa de los vientos,
llegas.
Bienvenida mujer
a caminar descalza
los llanos del pasado,
las veredas que un día
trazaron nuestras vidas
para encontrar las voces
dormidas de lo incierto,
porque no había puentes,
ni cabañas, ni vino,
en donde refugiar
la lumbre de los cuerpos…
Bienvenida, mujer,
llave de mis recuerdos…
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