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Refundar el PRI no sería varita mágica.-

Refundar el PRI no sería varita mágica.- Viejo militante, hoy retirado del quehacer político, expone sus puntos de vista ante el reportero.- Lo que se requiere, dice, es trabajo, humildad, porque la montaña que hay que remontar no solamente es contra Morena y la propaganda mañanera de AMLO, sino contra el pasado negativo del priismo.

Bernardo Elenes Habas

Comienzan a moverse los grupos dentro del PRI en Sonora, ante el inminente relevo de dirigencia estatal, luego que Ernesto de Lucas Hopkins, actual jefe político, asuma sus responsabilidades como diputado local.

A nivel nacional crecen las voces rebeldes que claman por el lanzamiento de la convocatoria para el cambio de estructura que marque la salida de Alito Moreno. La bandera del grupo más insistente en ese sentido, es en el que participa el cajemense José Encarnación Alfaro Cázares, exigiendo la refundación del tricolor.

En Sonora, comienzan a surgir los nombres de militantes que podrían cubrir la vacante del Pato de Lucas.

Tempraneramente se vuelve evidente la misma presión que prevaleció antes de las elecciones del 2018, surgida de cofradías políticas imponiendo candidatos donde la alianza les permitía actuar.

Esta experiencia se vivió en Cajeme, con una lucha intestina encarnizada. Los jefes de mesones no escucharon razonamientos y rebasaron la estructura del Consejo Político tricolor, borrándolo y asumiendo su lugar, lo que condujo a estrepitosa derrota fundamentada en la imposición de una candidatura a la alcaldía sin experiencia ni trazado social, lo que se reflejó en las urnas, donde la ciudadanía envió al tercer lugar tal pretensión.

Bien lo dice un viejo lobo del priísmo, hoy por hoy retirado del ejercicio político, pero conservando su capacidad de observación y análisis, retomando el pulso de una realidad diferente que se pretende cambiar con una refundación, como si se tratase de una varita mágica poderosa e infalible.

-Lo que se requiere –me expresa en diálogo sincero-, es trabajo. Es darle su lugar a los mejores cuadros que guardan, no obstante las cruentas derrotas acumuladas, lealtad, sentido de pertenencia al PRI, del que no se avergüenzan, y reconocen que se puede remontar el camino perdido con labor consistente a nivel de tierra. Mostrando honestidad, apertura social en forma clara, firme, porque la montaña que hay que escalar no solamente es contra Morena y la filosa propaganda mañanera de AMLO, sino contra el pasado negativo de los gobernantes surgidos del priísmo, errores que se empeñan en restregar hasta la sangre la 4T y Morena, echando tierra a las cosas positivas que, en honor a la verdad, son muchas.

Y, recalca:

-Falta, en el priísmo sonorense, en el sur y en el norte, entre los cabecillas de cofradías, esencialmente humildad. Calidad humana para reconocer cualidades en quienes no están dentro de su círculo de influencia. Y ese egoísmo ciego de PRI contra PRI, los ha conducido al fracaso una y otra vez, porque para definir candidaturas se imponen los más poderosos, aquellos que se conforman con sus triunfos de grupúsculos, aunque en la hora de la verdad, al enfrentarlos en las batallas decisivas muestren su inmadurez, su inexperiencia, su carencia de siembra social partidaria…

Y, el mismo personaje me asegura, ante la humeante taza de café mañanero:

-Yo no comulgo con los grupos poderosos que se han encargado de hundir al partido. Pero si creo que en esos núcleos hay militantes valiosos como Humberto Robles Pompa, Anabel Acosta, Alejandra González, David Palafox, Pascual Soto; sin embargo, debo reconocer que existen personajes de excepción por su carisma, su huella política y humana, que podrían conducir al PRI en Sonora, por una vía diferente a la del oprobio, el linchamiento consistente y las consecuentes derrotas: Rogelio Díaz Brown.

Me lo dice, mirando a los ojos. Dejando caer sus palabras macizas sobre la mesa, las que hacen nido en mi libreta de reportero…

Le saludo, lector.

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