Asesinan a muchachito de 14 años.-

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Asesinan a muchachito de 14 años.- En Cajeme, la violencia se ha convertido en epidemia a cuya práctica muchos se acogen, porque tienen cierto que prevalece la impunidad.- Urgente que la sociedad, sus sectores despierten y aporten iniciativas, sin dejar de exigir a las autoridades. 

Bernardo Elenes Habas

El asesinato a balazos de un menor de edad –Ángel- casi niño, que atendía un abarrote en Ciudad Obregón y se resistió a un asalto, obliga a las autoridades a la acción de fondo, para que ese tipo de barbarie no siga desangrando a una comunidad que vive el tramo más amargo de su historia.

No son tiempos para mansas reflexiones filosóficas o analogías sobre comportamientos sociales, exponiendo premisas en el sentido de que hay adolescentes que mueren abatidos a tiros mientras trabajan, como es el caso de Ángel, y otros, también menores de edad, asaltan y asesinan sin miramientos. Esa no es la premisa, sino enfrentar la realidad.

Los problemas de violencia exigen acción inmediata por parte de las autoridades, principalmente; y de corresponsabilidad de la sociedad, sus instituciones, sus familias, atendiendo la gravedad extrema de hechos de sangre que flagelan a Cajeme, donde han transcurrido trienios y sexenios y no se ha actuado de fondo ante el grave deterioro del tejido social, como tampoco se está atacando la desenfrenada barbarie ahora, en tiempos de supuesta transformación nacional.

Es doloroso reconocerlo, pero la capacidad de asombro de la ciudadanía se desgasta notoriamente. Esa indiferencia conlleva a que los integrantes de las comunidades reconozcan objetiva y subjetivamente que Sonora y México, carecieron en el pasado inmediato y adolecen ahora, de liderazgo cierto, confiable, profundo: capaz de entender el sentimiento de las grandes mayorías, los verdaderos requerimientos del pueblo y sus anhelos de paz y justicia, deseos que viven enraizados en su alma sin recibir luz…porque primero –es notorio- se atienden las ambiciones políticas…

¿Dónde está la reacción de las iglesias, las escuelas, universidades, sindicatos, grupos culturales, organizaciones deportivas? ¿Dónde la presentación de iniciativas capaces de sumar esfuerzos y atender aristas sociales que no se tocan en las mesas de pacificación oficiales, y que, con mucho, serían el núcleo de una visión integral, conjunta de la realidad social de Cajeme y sus posibles soluciones?

¿Dónde?

Mientras, seguirán cayendo destrozados por las balas asesinas, más niños; y otros adolescentes también, asesinando sin piedad, porque antes como antes y ahora como ahora, se privilegia la política, la sed de poder de una clase ambiciosa de hombres y mujeres, que movida por sus intereses no aciertan a reconocer la grave epidemia de violencia desatada para la que no hay vacunas, y su contagio huele a pólvora, plomo, muerte…

Le saludo, lector.

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