Poema de domingo.- Un canto en dos tiempos, marcados por el tambor ceremonial del Bakatete, pongo en tus manos y en tu alma hoy, cuando inicia la Cuaresma, tradición profunda recorriendo la historia de la Nación Yaqui… Cada viernes se abrirán las procesiones en las explanadas de las Iglesias, y el silencio será como una lluvia golpeando las laderas de la sierra, cayendo lento y triste sobre pueblos y rancherías, hasta el Sábado de Gloria de Semana Santa, cuando de nuevo el relámpago del Venado, Pajkola y Matachines, anuncien que el Cristo Yaqui ha vuelto a la vida…
Bernardo Elenes Habas
I
Los tambores oscuros
que suenan en mi sangre,
me enfrentan noche a noche
con mi raíz antigua…
Aparto con mis manos
el viento enfebrecido,
olfateo en el tiempo
las huellas de mi vida,
y en el lugar más alto
del Bakatete altivo,
como una llamarada
deposito mi voz…
II
Mi corazón yoreme
no ha sido derrotado,
tiene las cicatrices
del tiempo y del dolor,
se le clavaron hondo
extranjeras miradas,
lo arrastraron sin tregua
por más de cinco siglos,
y desde el Maso Koba,
una tarde de invierno,
brutal, violentamente
lo hicieron descender…
Cuando la luna crece
y aúllan los coyotes,
se viste de venado,
recorre las llanuras,
busca la serranía,
siembra su libertad…
Pero al morir la noche
y despuntar el día,
mi corazón yoreme,
lleno de rebeldía,
se vuelve una pitahaya
herida por el sol…
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