En Venezuela, un cineasta, dueño de un restaurante y aficionado a los automóviles de carreras, ha desarrollado autos solares artesanales, mismos que aspira a fabricar en serie en un futuro muy cercano.

Augusto Pradelli comenzó adaptando un carrito de golf en su pequeño taller en el centro de Maracaibo, capital del petrolero estado Zulia (fronterizo con Colombia).
Buscaba que su local de comidas sobreviviera a la pandemia de COVID-19, y a una severa escasez de gasolina que azotó por más de una década a esa región, afectada además por constantes fallas eléctricas.
“Necesitaba salir a hacer compras para mantener activo y abierto mi negocio. Lo primero que hice fue modificar un carrito de golf que me regalaron (…) En la práctica le sirve a una familia pequeña, porque puede transportar a cuatro personas y una carga de hasta 100 kilos” Augusto Pradelli