Un grupo de ecologistas arrojó sopa de guisantes este viernes a una pintura de Vincent Van Gogh expuesta en un museo de Roma, sin llegar a dañarla, como gesto de protesta ante la pasividad de la comunidad internacional por el cambio climático.
“El sembrador”, una obra de 1888 del artista holandés que representa a un agricultor sembrando su tierra bajo un sol poniente, estaba protegida por un vidrio, por lo que no sufrió daños durante el ataque, informaron fuentes oficiales.
“Mi nombre es Laura y he decidido sumarme a las diferentes series de acciones que se están llevando a cabo estos días en distintos países porque soy plenamente consciente de que nadie y de ninguna manera se está haciendo cargo de la catástrofe medioambiental que estamos viviendo”, explicó una de las tres jóvenes activistas que llevaron a cabo la acción, del movimiento “Última Generación”.
“Estamos asistiendo a un colapso global en la indiferencia total por parte de los gobiernos”, gritó sentada ante la célebre pintura.