
Poema de domingo.- Desde lejos –aves desafiando la tormenta-, llegan tus palabras. Hablan de oscuras soledades, de angustias que deslizan sus cuchillos entre el tiempo erosionado por la vida…
A pesar de las sombras, distancias congeladas, sangre que se niega a circular los ríos de tu pecho, me hablas de libros y esperanzas, de cómo construyes peldaños buscando desafiar la luz, el sol que se te oculta recurrente…
Yo sólo quiero leer el libro de tus ojos –te digo, emocionado-, beberme la lluvia de tu voz, descubrir tus playas, sentir el oleaje de tu mar bautizando mi cuerpo con sus aguas…
Bernardo Elenes Habas
Diluye la mañana
Las horas gimen tristes
con su garganta rota.
Naufraga en el crepúsculo
un tiempo de hojarascas;
la plegaria inconclusa
del otoño que muere
se toca el corazón,
respira quemaduras.
El mar y sus nostalgias
devoran la distancia.
El sol de octubre esculpe
sobre su piel acuosa
congelados relámpagos.
Extienden las ciudades
telúricos lamentos.
Abre surcos el viento en la playa, en el valle,
en la montaña incierta donde nace la aurora,
atrás de las estrellas que tiemblan por las noches;
en la brisa que gime
cuando la flor y el árbol aroman sus tonadas…
Murmura el horizonte sus palabras inciertas,
desgarra verbos de humo;
con ojos sollozantes inunda los caminos,
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con labio enfebrecido
implora tempestades…
Luego vendrá la lluvia…
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