Poema de domingo.- Busco en los ojos tristes de la gente sencilla, destellos de un poema. Camino en los poblados, piso la tierra yerma, siento las manos ásperas de viejos campesinos reciclando su historia en el valle dormido. Busco entre las mujeres, los jóvenes, los niños, los caminos del verso, pero las consonancias, adjetivos, metáforas, se niegan a volar porque sangran sus alas. Quiero arrojar palabras en la mitad sencilla de un surco ejidatario, esperando el prodigio de la luz y la espiga, pero los jornaleros, campesinos sin tierra, soñadores eternos de horizontes sin fin, me dicen que me espere, que la parcela duerme, que mañana, tal vez, tendrá el beso de Dios para seguir viviendo…
Bernardo Elenes Habas
Hablo con tu palabra.
Tu voz es una brasa
sin tregua en mi garganta,
tu canción fluye limpia
en las aguas del llanto.
Murmullos infinitos
que navegan mis venas
me hicieron navegante
de tus barcas nocturnas,
me confirieron música
para tu gris tristeza
y bálsamos pusieron
en las lluvias lejanas
para que restañaran
de aromas vegetales
tus profundas heridas.
Por eso vengo a ti,
a sentir en mis manos
oraciones de tierra,
a detener las alas
del tiempo que erosiona,
a reavivar tu luz,
tu fuego que dormita,
para que no se apaguen
tu fe, tus oraciones,
que muestran en silencio
la cruz de los caminos…
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