La definición más popular de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunas religiones, providente y salvador del universo y de la humanidad, de acuerdo con el profesor emérito de Filosofía en la Universidad de Oxford, Richard G. Swinburne.

La palabra ‘Dios’ proviene del latín y la raíz protoindoeuropea “deiwos” que significa “brillo” o “resplandor”. El Diccionario de la Lengua Española lo define como “ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo”.
Sin embargo, en los textos del Nuevo Testamento se hace alusión a Jesús, registrado en Mateo 1:1. Aunque otro nombre utilizado es Cristo o Mesías.
¿El nombre de Dios estaba prohibido?
En la Biblia también destaca un nombre misterioso “Tetragrámaton”, cuyas letras en hebreo ‘YHVH’, se pronuncia ‘Yahvé’, en español.
Por lo tanto, Yahvé se consideraba el nombre propio Dios en hebreo, pero su pronunciación completa era un secreto, pues decirlo en vano se consideraba una grave falta de respeto; y por ello se utilizaban otros nombres.