Washington, D.C.— Un nuevo proyecto de ley en Estados Unidos ha generado una ola de reacciones en todo el país y en el extranjero. La propuesta plantea imponer un impuesto del 5% a todas las transferencias de dinero enviadas desde territorio estadounidense por personas que no son ciudadanas, hacia sus países de origen.
La iniciativa, impulsada por legisladores que argumentan que el dinero debería permanecer en la economía estadounidense, pretende desalentar el envío de fondos al extranjero y fomentar el consumo interno. Según los defensores del proyecto, esta medida busca fortalecer el desarrollo económico nacional aprovechando el flujo de dinero que, actualmente, se estima en más de 150 mil millones de dólares anuales enviados a familiares y amigos fuera del país.
Sin embargo, la propuesta ha sido duramente criticada por organizaciones civiles, expertos en migración y defensores de derechos humanos. Para millones de inmigrantes, las remesas no son simples transacciones financieras: representan el sustento de familias enteras que dependen de ese dinero para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación.
Los opositores al proyecto califican la medida como discriminatoria e injusta, pues afectaría directamente a personas que ya enfrentan importantes desafíos económicos y sociales en EE.UU., muchos de los cuales pagan impuestos y rentas, pero no gozan de plenos derechos debido a su estatus migratorio.
“Están penalizando la solidaridad familiar y el esfuerzo de personas que, pese a las dificultades, siguen apoyando a sus seres queridos desde lejos”, expresó un portavoz de una organización pro inmigrante.
El proyecto aún se encuentra en fase de discusión legislativa, pero ya ha encendido un intenso debate sobre los derechos de los migrantes, la justicia fiscal y el papel económico de las remesas en las comunidades transnacionales. Mientras tanto, millones de familias en América Latina, África y Asia observan con preocupación el desarrollo de esta iniciativa que podría impactar significativamente su estabilidad financiera.