A partir de este lunes 14 de julio entró en vigor un arancel del 20.91% al jitomate mexicano, una medida adoptada por el gobierno de Estados Unidos con el argumento de que las importaciones desde México representan una competencia desleal para los agricultores estadounidenses.
La disposición ha generado preocupación en el sector agrícola nacional, ya que impactará directamente en los productores de jitomate, una de las principales exportaciones hortofrutícolas de México. Además, autoridades mexicanas advierten que la carga del impuesto podría recaer finalmente sobre los consumidores estadounidenses.
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, señaló que “las ensaladas, la salsa kétchup y todos los productos derivados del jitomate serán más caros para los hogares de Estados Unidos”. También destacó que la producción mexicana es difícil de sustituir por otros países debido a su calidad y competitividad en costos.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) estima que las exportaciones mexicanas de jitomate caerán un 5% en 2025 como consecuencia directa del aumento en los precios, lo que anticipa un cambio en el mercado y una posible presión inflacionaria para productos derivados.
El gobierno mexicano no ha descartado continuar las negociaciones comerciales para revertir esta medida y proteger a los productores nacionales.