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Ciudad de México, julio de 2025 — Antes de convertirse en el héroe más icónico del universo DC, Superman fue simplemente Kal-El, un bebé nacido en un planeta lejano llamado Krypton. Este enigmático y avanzado mundo, hogar de una civilización tecnológicamente superior a la humana, ha sido desde hace décadas objeto de fascinación para millones de fanáticos del cómic. Pero ¿dónde se encontraba exactamente este planeta ficticio y por qué fue destruido?

¿Dónde estaba Krypton?

De acuerdo con distintas fuentes del canon de DC Comics, Krypton orbitaba una estrella roja llamada Rao, ubicada en la constelación de Corvus. Aunque este detalle varía ligeramente según el escritor o la versión del cómic, se ha establecido de forma recurrente que Krypton estaba situado a unos 27.1 años luz de la Tierra, lo que hace plausible —dentro del contexto de la ciencia ficción— que la nave del pequeño Kal-El tardara relativamente poco tiempo en llegar a nuestro planeta.

La ubicación dentro del universo DC ha sido descrita como una región distante y aislada del espacio, lo que contribuyó a que ninguna otra civilización pudiera evitar su destrucción o intervenir a tiempo.

¿Cómo fue destruido Krypton?

La destrucción de Krypton es uno de los momentos más trágicos y fundamentales en la mitología de Superman. La explicación más común —y que se ha mantenido en múltiples versiones de los cómics, películas y series animadas— es que el planeta explotó debido a la inestabilidad de su núcleo.

Según la narrativa clásica, los kryptonianos habían extraído de forma intensiva los recursos naturales del planeta, causando fisuras irreversibles en su estructura interna. A pesar de las advertencias de científicos como Jor-El —el padre biológico de Kal-El—, el consejo de Krypton ignoró las señales del inminente colapso. Ante la inminente catástrofe, Jor-El y su esposa Lara enviaron a su hijo en una cápsula hacia la Tierra, salvándolo del destino fatal de su civilización.

En otras versiones más recientes, el colapso también se ha atribuido a experimentos científicos desmedidos, guerras internas o incluso conspiraciones gubernamentales. No obstante, la constante en todas estas historias es la arrogancia kryptoniana frente a las advertencias de uno de sus más brillantes científicos.

Un legado que cruza galaxias

La destrucción de Krypton no solo marca el inicio de la historia de Superman, sino que representa un símbolo poderoso de pérdida, esperanza y redención. El último hijo de Krypton se convierte así en un puente entre dos mundos: la tecnología y el conocimiento de una civilización perdida, y los valores y emociones de la humanidad.

Hoy, el recuerdo de Krypton sigue vivo en la cultura popular y en la memoria colectiva de millones de lectores, como una tragedia galáctica que dio origen a uno de los héroes más grandes de todos los tiempos.