Hermosillo, Sonora — Mientras el sol apenas comienza a asomarse por el horizonte y las calles empiezan a despertar, los sonorenses ya tienen algo claro en mente: el desayuno es sagrado, y el domingo es el día perfecto para rendirle culto al sabor.
En cada esquina de las principales ciudades del estado, desde Hermosillo hasta Nogales, pasando por Ciudad Obregón, Guaymas o Agua Prieta, los puestos de comida comienzan a llenarse de familias, amigos y comensales fieles a una tradición culinaria que se fortalece cada fin de semana: tacos de cabeza, lengua, machaca y la infaltable birria.
Tacos de cabeza: el ritual matutino
Los tacos de cabeza son, sin duda, uno de los favoritos. Suaves, jugosos y llenos de sabor, son preparados al vapor durante horas. Las opciones suelen ir desde la cachete, lengua, ojo, hasta el seso para los más aventurados. Servidos en tortilla de maíz caliente, con cebolla, cilantro, limón y salsa, son una delicia que los sonorenses disfrutan de pie, junto a la vitrina del taquero, o sentados en familia.
Lengua y machaca: clásicos de respeto
La lengua de res, cocida con paciencia y luego picada finamente, se convierte en un manjar tierno y lleno de sabor. Algunos prefieren acompañarla con tortilla de harina, chile pasado o frijoles maneados.
Por otro lado, la machaca —ese tesoro sonorense hecho de carne seca deshebrada— se sirve revuelta con huevo, chile verde y tomate, y se acompaña con tortillas de harina sobaqueras, recién hechas. Es el desayuno típico de rancho que ha conquistado hasta las mesas más urbanas.
Birria: el desayuno que también cura
Aunque tradicionalmente asociada con Jalisco, la birria en Sonora tiene su propio sello. Ya sea de res o de chivo, los domingos no están completos sin un buen plato humeante de birria acompañado de tortillas calientes y una cerveza bien fría o un agua de horchata. Para muchos, es la cura perfecta después de una noche larga de fiesta o simplemente una forma de consentir al cuerpo.
Más que comida, una identidad
Desayunar tacos o birria en domingo no es solo una elección culinaria: es una tradición profundamente arraigada. Es el momento donde las familias se reúnen, los amigos se encuentran y las historias de la semana se comparten entre mordidas y salsas.
El desayuno dominical sonorense es una celebración del sabor norteño, una muestra de la cultura que respeta la carne, las brasas y el sazón casero. En Sonora, el día no comienza hasta que el estómago está lleno… y feliz.
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