El gato del presidente indonesio Prabowo Subianto, Bobby Kertanegara, generó controversia al aparecer escoltado por policías mientras era trasladado en un cochecito especial para mascotas durante un evento oficial en Yakarta. Las imágenes rápidamente se volvieron virales, provocando una ola de comentarios negativos en redes sociales, donde muchos cuestionaron el uso de recursos públicos para proteger a un animal doméstico.

Ante las críticas, el subsecretario de Estado, Juri Ardiantoro, defendió la medida al afirmar que Bobby es propiedad del presidente y, como tal, debe ser protegido. “No solo se resguarda al mandatario, también a sus pertenencias”, declaró. La situación ha abierto un debate en el país sobre los límites del protocolo presidencial y el uso de bienes del Estado.