El fuerte terremoto de magnitud 8.8 registrado recientemente en la península de Kamchatka, al oriente de Rusia, ha generado preocupación a nivel internacional no solo por su intensidad y la alerta de tsunami emitida en varias naciones del Pacífico, entre ellas México, Estados Unidos, Chile y Japón, sino también por un extraño fenómeno asociado: el hallazgo de ballenas varadas en costas japonesas.
Autoridades locales reportaron el hallazgo de al menos cuatro ballenas muertas en una playa de la prefectura de Chiba, al este de Japón, poco después del movimiento telúrico. El hecho ha reavivado teorías sobre la capacidad de los animales marinos para detectar sismos antes de que estos se produzcan o sus reacciones ante los cambios geológicos y magnéticos provocados por estos eventos.
Mientras los servicios de emergencia monitorean las costas por riesgo de maremotos, científicos comienzan a investigar si existe una relación directa entre el sismo y el comportamiento anómalo de los cetáceos. Aunque no es la primera vez que se registra un varamiento masivo tras un terremoto, aún no existe consenso sobre las causas específicas de este tipo de episodios.