En una operación que ha sido calificada como histórica por las autoridades galas, un velero con bandera extranjera fue interceptado en pleno Pacífico Sur mientras transportaba 1.8 toneladas de droga procedente de México. El decomiso, valorado en más de 381 millones de dólares, fue realizado en las remotas islas Marquesas, territorio insular de la Polinesia Francesa.
La embarcación, que navegaba discretamente por aguas internacionales, fue detectada y abordada en su escala en Nuku Hiva, una de las islas más pobladas del archipiélago. A bordo, las fuerzas francesas hallaron un cargamento que incluía 714 kilogramos adicionales de cocaína, 49 kilos de metanfetamina, 11 pistolas tipo Glock y 24 cargadores. Todo apuntaba a una operación logística de alto nivel que partió desde costas mexicanas con destino final en el reino de Tonga.
El velero estaba tripulado por tres personas, de nacionalidades neerlandesa y alemana, quienes fueron detenidas de inmediato. Tras el aseguramiento, la embarcación fue remolcada a Papeete, capital de la Polinesia Francesa, donde especialistas antidrogas continuaron el análisis y desmantelamiento del barco.
Las autoridades francesas destacaron que esta ruta de tráfico marítimo ya era conocida por sus agencias aduaneras y militares, quienes vigilan permanentemente más de 5.5 millones de kilómetros cuadrados del Pacífico en un intento por contener el avance del narcotráfico transcontinental.
El caso revela una vez más la sofisticación y expansión de las redes criminales que utilizan rutas poco convencionales, incluso en zonas paradisíacas del océano, para mover cargamentos multimillonarios. El golpe representa una de las mayores incautaciones registradas en esa región del mundo.
La investigación continúa y se espera que el caso tenga repercusiones internacionales, al evidenciar la conexión directa entre el crimen organizado latinoamericano y mercados ilegales en Oceanía.