El reciente viaje a Japón de Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Organización de Morena, generó una ola de opiniones encontradas luego de que se difundieran fotografías y videos de sus vacaciones en aquel país asiático.
Las imágenes fueron publicadas por el periodista Claudio Ochoa Huerta, del medio Latinus, lo que provocó cuestionamientos sobre los costos del viaje y el estilo de vida del joven político. Ante la polémica, López Beltrán salió a dar su versión a través de un comunicado difundido en Instagram.
En su mensaje, negó haberse hospedado en hoteles de lujo como algunos medios aseguraban. Detalló que viajó en aerolíneas comerciales y pagó alrededor de 7,500 pesos diarios por alojamiento, con desayuno incluido. Asimismo, acusó a sus adversarios políticos de estar detrás de una campaña para desacreditarlo.
“Me mandaron espías para fotografiarme y armar una campaña de linchamiento”, señaló.
El caso incluso llegó a la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien pidió actuar con sobriedad y humildad en el ejercicio del poder. Entre defensores y críticos, el episodio reavivó el debate público sobre la vida privada de los funcionarios y sus familias frente al discurso de austeridad en el gobierno.