
Las tías pueden ser tan importantes como las madres en la vida de una niña, ofreciendo un tipo de apoyo y orientación únicos durante su desarrollo, afirma el psicólogo y autor Steve Biddulph.
En una entrevista para el pódcast Parental As Anything de la cadena ABC, conducido por Maggie Dent, Biddulph —autor del libro Raising Girls— explicó que en ciertas etapas, especialmente durante la adolescencia, muchas niñas pueden resistirse a los consejos de sus madres, aunque sigan necesitando guía.
En ese escenario, las tías —o las llamadas “figuras de tía”— se convierten en un verdadero “pilar de salud mental” para las jóvenes. No es necesario que sean parientes consanguíneos; basta con que sean mujeres de confianza que se interesen genuinamente por su bienestar.
Biddulph recomienda que este vínculo comience a cultivarse alrededor de los ocho años, invitando a las niñas a pasar tiempo juntas, ya sea en visitas o estancias cortas. Más adelante, durante la adolescencia, sugiere que estas figuras las saquen regularmente para conversar sobre temas importantes, ofreciendo un espacio seguro y libre de juicios.
Estas conversaciones, explica el especialista, pueden incluir preguntas de vida, consejos sobre relaciones y orientación para enfrentar la presión social, ayudando a que las niñas no dependan únicamente de sus grupos de amigas, lo que podría exponerlas a influencias negativas, especialmente a través de las redes sociales.
“Una tía puede ser esa voz que escucha sin juzgar, que orienta sin imponer, y que recuerda a las niñas que siempre hay un adulto que las respalda”, concluyó Biddulph.
