Ciudad Obregón, en el corazón del Valle del Yaqui, no solo destaca por su importancia agrícola e industrial, sino también por ser reconocida como una de las ciudades mejor trazadas del mundo. Su diseño urbano no es producto de la casualidad, sino de una planificación meticulosa que ha perdurado a lo largo de las décadas.
El trazo original de la ciudad se debe a ingenieros y urbanistas que, en las primeras décadas del siglo XX, imaginaron un espacio con calles amplias, avenidas rectas y un esquema de cuadrícula que facilitara el crecimiento ordenado. Entre los pioneros que delinearon la ciudad estuvo el Ing. Carlos M. Lira, acompañado por técnicos de la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento, quienes trabajaban en paralelo al desarrollo del distrito de riego del Valle del Yaqui, impulsado por el general Álvaro Obregón y el Ing. Richardson, de la Compañía Constructora Richardson.
El diseño en damero, con calles que se cruzan de manera ortogonal, no solo permitió una expansión urbana equilibrada, sino que también otorgó a la ciudad un carácter moderno desde su fundación. Esa planeación inicial, inspirada en modelos estadounidenses de desarrollo urbano, ha seguido vigente hasta la actualidad, manteniendo una coherencia que pocas ciudades mexicanas pueden presumir.
Hoy en día, Ciudad Obregón continúa creciendo, pero lo hace sobre la base sólida de aquel trazo original. Las nuevas vialidades, colonias y desarrollos se han adaptado a esa planeación inicial, respetando el esquema que desde un principio la distinguió.
De esta manera, Ciudad Obregón no solo es un referente agrícola e industrial, sino también un ejemplo de urbanismo bien concebido que le ha dado identidad, funcionalidad y orden, convirtiéndola en una de las ciudades mejor planificadas de México y del mundo.
