Helsinki.– Finlandia se perfila como pionero en la transformación del mundo laboral. El país nórdico analiza la posibilidad de implementar un esquema de cuatro días de trabajo a la semana y seis horas diarias, sin afectar la productividad. La propuesta busca abrir paso a una vida con menos estrés y mayor libertad personal.
La iniciativa, respaldada por la primera ministra Sanna Marin, parte de la idea de que la verdadera riqueza no radica únicamente en el dinero, sino en el tiempo disponible. Menos horas laborales permitirían dedicar más espacio a la familia, al cuidado de la salud e incluso al emprendimiento.
De consolidarse, Finlandia podría convertirse en ejemplo para otras naciones. Expertos señalan que valorar el tiempo de los trabajadores al mismo nivel que los ingresos podría fortalecer las economías y mejorar la calidad de vida. El cambio, aseguran, podría encender una chispa capaz de redefinir la forma en que el mundo entiende el trabajo.
