El 23 de septiembre de 2025, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, intervino ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, marcando su regreso al foro internacional tras cinco años de ausencia.
Durante su discurso, Trump criticó duramente a la ONU, calificándola de ineficaz y corrupta, y advirtió sobre lo que llamó “destrucción total” en Europa debido a sus políticas de inmigración y energía. Instó a los países europeos a cerrar fronteras y priorizar combustibles fósiles sobre energías renovables, además de criticar la dependencia del gas ruso.
En materia climática, Trump volvió a rechazar las políticas de reducción de carbono y el Acuerdo de París, calificando el cambio climático como “el mayor engaño jamás perpetrado en el mundo”.
Asimismo, abordó el conflicto israelí-palestino y la situación en Irán, reiterando su política de máxima presión sobre el régimen iraní y rechazando el reconocimiento de un estado palestino por parte de algunos miembros de la ONU.
Tras su intervención, Trump se reunió con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para expresar su apoyo a Ucrania frente a Rusia, destacando la situación económica rusa como una ventaja estratégica para Kiev.
El discurso refleja su enfoque nacionalista y escéptico hacia la cooperación internacional, contrastando con posturas más multilateralistas de administraciones anteriores.