California, finales de los años 60. Mientras la contracultura florecía en San Francisco, un asesino en serie acechaba desde las sombras. Firmaba sus cartas con un extraño símbolo: un círculo con una cruz. Se hacía llamar “El Zodiaco”, y su identidad sigue siendo uno de los mayores enigmas criminales de Estados Unidos.
Los crímenes
Entre 1968 y 1969, varias parejas fueron atacadas en autos y parques. Algunas murieron a tiros, otras a puñaladas. El asesino llamaba a la policía para reportar sus propios crímenes y enviar pruebas de su autoría. Al menos cinco asesinatos fueron confirmados, aunque él mismo aseguraba haber matado a 37 personas.
Las cartas y los códigos
El Zodiaco enviaba cartas a periódicos locales, llenas de amenazas y acertijos cifrados. Algunos contenían mensajes ocultos que fueron descifrados décadas después, revelando frases inquietantes como: “Me gusta matar porque es más divertido que cazar animales”. Su habilidad para jugar con la prensa y la policía lo convirtió en un mito criminal.
Sospechosos sin culpables
Durante años, varios hombres fueron considerados sospechosos, pero ninguna prueba concluyente logró señalar al verdadero Zodiaco. Incluso con los avances en ADN, el caso sigue abierto y la identidad del asesino permanece en las sombras.
Una herida abierta en la historia
El Zodiaco no solo dejó víctimas: dejó un legado de miedo colectivo, un recordatorio de que algunos crímenes pueden quedar sin respuesta. Su caso sigue fascinando a criminólogos, escritores y cineastas, como un rompecabezas macabro que quizá nunca se resolverá.
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