Samara Martínez, una joven de 30 años con un complejo historial médico, ha decidido transformar su lucha personal en una batalla legislativa. Tras sufrir el rechazo de dos trasplantes de riñón y enfrentar la imposibilidad médica de someterse a un tercero, Samara, quien vive con lupus desde 2013, es ahora la promotora de una iniciativa para reformar la Ley General de Salud y permitir la eutanasia en México.

Actualmente, Samara depende de la diálisis peritoneal para mantenerse saludable mientras su enfermedad autoinmune permanezca inactiva. Consciente del panorama médico incierto, la activista busca asegurar una alternativa para “ir hacia ella [la muerte] con dignidad”.
Su proyecto de ley será presentado hoy en el Senado y mañana en la Cámara de Diputados, donde espera que legisladores de diversas fracciones parlamentarias la impulsen.
La iniciativa llega con respaldo social: la presidenta de la organización El Derecho a Morir con Dignidad (DMD), Amparo Espinosa Rugarcía, citó encuestas que señalan que el 70% de la población mexicana está a favor de la eutanasia, una práctica ya vigente en varios países de Europa y América Latina.
























































