Nueva Orleans, 1918-1919. Entre el calor húmedo y la música de jazz que llenaba las calles, la ciudad vivió meses de terror absoluto. Un criminal anónimo, conocido como el Asesino del Hacha, irrumpía en las casas durante la madrugada, atacando a familias enteras mientras dormían.
Los ataques
El asesino solía entrar forzando puertas o ventanas con herramientas encontradas en las mismas casas. Con un hacha, golpeaba a sus víctimas mientras dormían. Algunos sobrevivieron para contar el horror; otros murieron de manera brutal en sus propias camas.
Una carta macabra
Lo más escalofriante fue la carta que supuestamente envió a los periódicos en marzo de 1919. En ella se describía como un ser demoníaco y prometía matar de nuevo, salvo en aquellas casas donde esa noche se tocara música de jazz. Esa madrugada, la ciudad entera se llenó de orquestas y bandas improvisadas, y ningún crimen ocurrió.
Un asesino que desapareció
Los ataques continuaron por meses y luego cesaron de repente. Nunca se identificó al culpable. Algunos creyeron que era un asesino humano, otros que se trataba de un espíritu maligno.
La leyenda en el jazz
Con el tiempo, el Asesino del Hacha se convirtió en parte del folclore de Nueva Orleans, una ciudad donde la música y la muerte se cruzaron en una de las historias más enigmáticas del siglo XX.
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