Baviera, Alemania, 1922. En una granja aislada, la familia Gruber fue víctima de uno de los crímenes más horrendos y enigmáticos de Europa. Seis personas fueron brutalmente asesinadas con una azada, en un caso que hasta hoy sigue sin resolverse.
Los presagios antes de la tragedia
Días antes del crimen, la familia notó cosas extrañas: huellas en la nieve que llevaban hacia la casa pero no regresaban, pasos en el desván, y un periódico que nadie recordaba haber comprado. Los Gruber estaban convencidos de que alguien merodeaba en la propiedad.
La masacre
El 31 de marzo de 1922, los cuerpos de Andreas y Cäzilia Gruber, su hija Viktoria, sus dos nietos y la sirvienta fueron encontrados en la granja. La mayoría habían muerto por golpes en la cabeza con una herramienta agrícola. Lo más aterrador: los animales estaban alimentados y la chimenea encendida, lo que indicaba que el asesino permaneció allí días después del crimen.
Sospechosos y misterio
Decenas de sospechosos fueron investigados, desde vecinos hasta antiguos pretendientes de Viktoria. Pero nunca se encontró al culpable. La brutalidad del crimen y el hecho de que nadie escuchara nada esa noche aumentaron el misterio.
La granja maldita
La granja de Hinterkaifeck fue demolida años después, pero el caso se mantiene vivo en la memoria colectiva de Alemania como uno de los misterios criminales más oscuros del siglo XX.
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