El 1 de diciembre de 2019 marcó el día en que según investigaciones un hombre en Wuhan, China, comenzó a desarrollar síntomas, lo que correspondería al caso índice del brote que luego se expandió por todo el mundo. A partir de ese momento se desencadenó la emergencia global que cambiaría para siempre la vida cotidiana, la salud pública y las relaciones internacionales.
Desde entonces, se han registrado más de 778 millones de casos confirmados de COVID-19, así como alrededor de 7.1 millones de muertes a nivel global. Aunque las cifras dejan ver el tamaño de la tragedia que vivió la humanidad, también reflejan los esfuerzos de miles de trabajadores sanitarios, científicos, gobiernos y ciudadanos por contener y eventualmente dominar la pandemia.
📅 Primeros casos confirmados en Estados Unidos y México
En los Estados Unidos, el primer caso oficial de infección por el nuevo coronavirus se registró el 21 de enero de 2020, en un hombre en el estado de Washington que había viajado recientemente a China. En México, las autoridades confirmaron los dos primeros casos de COVID-19 el 28 de febrero de 2020: se trataba de dos hombres que habían viajado a Italia. Uno de los casos fue en la Ciudad de México y el otro en Sinaloa.
Estos primeros diagnósticos marcaron el comienzo de una serie de decisiones gubernamentales, sanitarias y sociales que en los meses siguientes modificarían profundamente la vida en ambos países.
Reflexión: de Wuhan al mundo
El paso del tiempo permite mirar con perspectiva. Lo que empezó como una serie de neumonías «atípicas» en Wuhan se transformó en una pandemia de escala mundial en cuestión de semanas. El virus puso a prueba la capacidad de los sistemas de salud, expuso desigualdades sociales y transformó hábitos individuales y colectivos.
Hoy, a seis años de aquel primer caso y con cientos de millones de personas infectadas, millones de vidas perdidas, familias marcadas por el duelo, pero también con avances científicos, vacunación masiva y un conocimiento sanitario superior conviene recordar no sólo la tragedia, sino también las lecciones que dejó la COVID-19: la importancia de la solidaridad, la preparación sanitaria, la cooperación internacional y la prevención.