“El objetivo verdadero, congruente, del trabajo literario, es ser siempre parte del caudal del río de la vida que anhela llegar al mar, y no desviarse en arroyos de existencia efímera y breve, sin vocación de eternidad…”.- Profunda reflexión a la que llegamos Daniel Delgado Saldívar, Rigoberto Badilla y yo, ayer sábado 5 de octubre, en Cajeme, durante un reencuentro de las raíces de aquel legendario Grupo Cultural Siglo XX de hace más de 50 años.- El doctor Rigoberto Badilla, señala, certero, sobre dicho cónclave literario en el Café Bibi: “Fue un reencuentro agridulce, más lo segundo que lo primero, y quien le puso el toque femenino a los recuerdos súbitamente extraídos desde la desmemoria, por supuesto, fue Sandra Luz, a quien seguiré recordando siempre con enorme cariño. Aún estoy asimilando la trascendencia de este mini maratón de pequeñas y grandes remembranzas… Ante ello, nosotros, los únicos tres mosqueteros fundacionales que quedamos vivos esa es otra historia: la del Grupo Cultural Siglo XX. Gracias. Le doy gracias a la Vida y al Universo, por hacer que nos volviésemos a encontrar. Abrazos”.
No pudo estar presente Luis Alfonso Valenzuela Segura, quien se reportó desde la Ciudad de México, ni Ricardo Nieblas, al que no supimos localizar. Ya habrá otras reuniones…
Bernardo Elenes Habas
El otoño es un río
de hojas deslumbrantes,
de aire somnoliento
que huele a antigüedades;
de soledad marchita
sin sangre en las heridas,
de llovizna que aviva
los recuerdos del alma,
los golpes de la vida…
El otoño es la tarde
que aletea esperanzas,
imágenes borrosas
de un pasado de luces,
horizontes gloriosos
de alas agitadas
que cortaron su vuelo,
con los últimos rayos
de un sol en agonía…
El otoño es tan sólo
la lágrima furtiva
que rueda inevitable,
incierta, temblorosa,
surcando mi mejilla…
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