
Puebla, Pue. — El silencio se hizo eterno este viernes en la Central Camionera de Puebla. Doña Mari, una mujer de 80 años que se convirtió en símbolo de amor incondicional y esperanza, falleció tras pasar los últimos tres años sentada en la misma banca, con la mirada fija en la entrada… esperando a sus hijos.
María de Jesús Mundo, como se llamaba, fue conocida por muchos ciudadanos que la veían diariamente con su bastón, firme en su deseo de reencontrarse con sus hijos, quienes años atrás partieron a Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Su historia conmovió a miles cuando un video en redes sociales captó su testimonio, volviéndose viral por su sencillez y su poderosa tristeza.
“Mis hijos se fueron, pero yo aquí los voy a esperar, porque sé que van a volver”, decía con convicción en aquel video que hizo llorar a México entero.
Habitante de la Unidad San Andrés, Doña Mari perdió su hogar tras ser desalojada por falta de recursos para pagar la renta. A pesar de ello, nunca se rindió. Su nuevo refugio fue la Central Camionera, donde el calor humano de extraños le ofreció algo de consuelo.
Hoy, quienes la conocieron, la recuerdan como un ejemplo de amor materno que no se doblegó ante el olvido. Su historia, aunque dolorosa, deja una huella imborrable: la de una madre que nunca perdió la fe.

Foto e información de Intenet
 
 




















































