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El próximo diputado federal que represente a Cajeme, deberá impulsar reformas para que los adultos mayores paguen el 50 por ciento en consumo eléctrico.- Política es la ciencia para servir al pueblo, señores caudillos

Bernardo Elenes Habas

Hay un planteamiento, que desde hace años, acarician los adultos mayores en Sonora y especialmente en Cajeme: que las instituciones, las leyes y los políticos les hagan justicia social verdadera, logrando que el pago de consumo eléctrico en sus hogares se disminuya al 50 por ciento.

Tal como sucede con el servicio de agua, el transporte federal y otras acciones de alta dignidad.

Se trata, sin duda, de una propuesta que, de consumarse, le daría respiro a miles de ciudadanos que otorgaron todo su esfuerzo, lo mejor de sus vidas al bien del tejido social de sus comunidades, de México.

Hubo organismo sociales que, tiempo atrás, pidieron a los aspirantes a candidatos y luego integrantes del Palacio Legislativo de San Lázaro, que en sus agendas llevaran los compromisos más sentidos de sus comunidades, sin el humo de las simulaciones, sin la retórica de la indiferencia.

Esto tiene peso aún, pero no para la actual Legislatura que ya se va y cuyos integrantes fallidos preparan los caminos de la continuidad en otros cargos, sino para los nuevos representantes populares que vienen, de tal manera que se dispongan con claridad ciudadana, con definición histórica, a impulsar reformas en la estructura de la Ley de Servicios de Energía Eléctrica, buscando que los viejos, aquellos que dejaron sus fuerzas, su salud, sus capacidades productivas en la fábrica, en el surco, en talleres y oficinas, solamente aporten de sus raquíticas pensiones -cuando las tienen-, el 50 por ciento por consumo del fluido.

Y esas mismas iniciativas de reformas podrían encaminarse a darle a la CFE rostro humano, para que la suspensión del servicio a familias comprobadamente vulnerables, no se les aplique con frialdad extrema, y menos cuando el verano asoma sus lengüetadas de lumbre en regiones como Cajeme.

Los ciudadanos, organismos sociales, grupos solidarios de verdaderos luchadores sociales que no buscan el provecho personal de candidaturas como pago a sus acciones, podrán, dentro de poco, cuando el ambiente político se caliente y los partidos abran sus procesos internos, solicitar que sus voces sean escuchadas para que en esos proyectos se incluyan las verdaderas demandas del pueblo, no solamente la de las grandes conveniencias, de aquellos que construyen e imponen candidatos y que planifican, como administradores de la abundancia que son, sus proyectos, como si este ejercicio les perteneciera, olvidando que política, por definición, es la ciencia para servir al pueblo; no para asegurar que si no logran sus propósitos de poder público para el 21, lo harán para el 27.

¿Acaso no sería de gran beneficio que el próximo diputado o diputada del 06, le imprima pasión y responsabilidad a este acto de justicia, sobre todo para la región, donde las temperaturas en verano rebasan, con facilidad, los 45 grados, lo que obliga a las familias a utilizar equipos de refrigeración, y con ello el uso excesivo de energía eléctrica, situación que se les complica pagar a las personas de la tercera edad, cuyas pensiones, cuando las tienen, no alcanzan para cubrir las altas facturaciones, provocando en ellos y sus familias desaliento, impotencia, quebrantos de salud y hasta muerte?

Le saludo, lector.

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