René Arturo Rodríguez, se ponchará sin tirarle.- El todavía priísta -aunque en subasta-, no sabe correr las bases, y gente del PAN y Morena creen que teniéndolo en las boletas la afición votará en masa.- Ignoran que no anotará y le cantarán el ¡fuera!
Bernardo Elenes Habas
Es para la microhistoria regional el hecho de que el empresario beisbolero, René Arturo Rodríguez, esté a punto de poncharse sin tirarle, al intentar aprovechar como puente el deporte, para sus ambiciones políticas.
Tal vez el ex regidor del PRI cree que la ciudadanía es sumisa y él, por los campeonatos que le ha dado a Cajeme, la tiene prisionera en las gradas de su estadio.
Le está apostando, al igual que los organismos políticos que se lo disputan –PAN, de David Galván, y Morena de Alfonso Durazo-, a que la afición del rey de los deportes se irá con él y lo apoyará en la candidatura que logre; cuando en realidad, se percibe que le están preparando un gran abucheo por ingrato, el día que inicie la temporada de la Liga Mexicana del Pacífico, y le exijan cuentas.
No debe engañarse, pues, René Arturo. Él no es el objetivo del PAN y Morena, sino la visión torcida que estos institutos tienen, creyendo que el ex regidor conducirá hacia las boletas electorales, como rebaño, a la afición cajemense; ignorando que esa gente formidable e inteligente sabe detectar todas las señales que se dan desde el dugout.
Por lo pronto, al empresario que cree que la política es pan y circo, están a punto de pasarle la tercera recta de la historia, no sólo para poncharlo sino para sacarlo del campo de batalla, junto con la gente que lo maneja y que lo ha mandado a convertirse en oferta para tener, así, varios frentes abiertos. Pero desconocían que René Arturo no sabe correr las bases…
¿Acaso, ya olvidó, el todavía priísta -hoy en subasta-, cuando vendió en canal al Tigre Chacho, para que promoviera el Movimiento No al Novillo?
Ahora muchos detestan al pobre felino, quien, presumiblemente, ya no será mascota yaqui, aunque se argumenten como disculpas, discrepancias entre franquicias.
Nadie debe desdeñar, pues, que la afición brava, inteligente, espléndida, se constituye en el termómetro político-social más legítimo del sentir de los cajemenses, y así ha detestado a gobernadores, alcaldes, diputados…
Por eso, tal vez le toca esa prueba de fuego a un casi prófugo priísta, aspirante a panista o morenista, quien se ponchará sin tirarle, sin jugársela. Y si le tira, también se ponchará…
Por lo demás, es muy cuestionable la vocación social que dice tener, porque fungiendo como parte del cabildo en la administración de Rogelio Díaz Brown, no dejó huella a favor de Cajeme, aunque sí lo hizo para su club.
Claramente se detecta que es su manejador quien le envía la señal para que se embase por golpe, se robe la segunda y se coloque en el staff de otro equipo –PAN o Morena-, para servir a los intereses de su caudillo.
¿Llegará René Arturo al home, anotando carrera…? Creo que no, porque carece de habilidad para correr las bases, de tal manera que el ampáyer máximo –la afición- le cantará ¡fuera!, en las boletas o antes…
Le saludo, lector.
