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En 1824, tres años después de la proclamación de la Independencia de México, el General Guadalupe Victoria fue electo como primer Presidente de la joven República Mexicana. Su nombre no ha alcanzado la notoriedad de otros héroes de la Independencia como Miguel Hidalgo, José María Morelos o Vicente Guerrero, pero su papel en la creación de nuestra nación fue esencial. Su carrera política, sin embargo, se vio severamente afectada por las convulsiones que comenzó a sufrir en la quinta década de su vida y que mermaron su salud y finalmente lo condujeron a la muerte en la Fortaleza de San Carlos en Perote, Veracruz.

Históricamente, Guadalupe Victoria ha pasado a engrosar las filas de epilépticos famosos. Sin embargo, las circunstancias particulares que rodean tanto la vida como la muerte del primer Presidente de México hacen su caso especialmente interesante. Y es que no sólo fue la suya una epilepsia de inicio un tanto tardío, sino que además las vicisitudes que se presentaron durante su vida, y después de su muerte, sugieren que detrás de sus episodios convulsivos pudo haber alguna enfermedad subyacente. Durante su Presidencia, entre otras cosas, se estableció la independencia de los tres poderes del Estado; se designó a la ciudad de México como Distrito Federal; se instituyó el primer sistema de pensiones y se celebró, por vez primera, el famoso “Grito” de Independencia. Al terminar su periodo presidencial, Victoria se retiró a su hacienda en Tlapacoyan, Veracruz, donde se dedicó a la ganadería y la agricultura, dejando a un lado la política. Esta vida apacible se vio interrumpida por el golpe con el cual el General Anastasio Bustamante tomó la Presidencia que antes ocupara Vicente Guerrero. Victoria salió de su retiro y regresó a la vida pública, primero como senador por Veracruz y luego como gobernador del Estado de Puebla. En 1838 participó en la defensa de Veracruz, bajo las órdenes de Santa Anna, contra el asedio de los franceses (en la famosa “Guerra de los Pasteles”) y luego fue protagonista de las negociaciones con Francia. Fue en este periodo cuando sufrió sus primeras crisis convulsivas, pidiendo incluso licencia al cargo y retirándose nuevamente a su hacienda. Debido a su alejamiento del terreno público, poco se sabe de los acontecimientos que sucedieron durante su estancia en Tlapacoyan. Quizás lo único reseñable durante esa época es que Victoria contrajo segundas nupcias con la señora María Antonia Bretón, oriunda de Puebla, que lo acompañaría hasta su muerte. Lo que sí es bien sabido es que, a partir de su retiro de la política, su salud ya nunca sería la misma e iría en declive hasta sus últimos días en Perote. El único registro médico fidedigno que se tiene del padecimiento de Victoria es el realizado por el doctor Antonio González Castillo, profesor de medicina y cirugía y Primer Ayudante Director del Hospital Militar de 2ª clase de Perote, que lo atendió durante su estancia en Tlapacoyan y luego lo trasladó a Perote. En el año de 1842, la salud de Victoria comenzó a empeorar. La enfermedad que acabó con la vida de Guadalupe Victoria se caracterizó, por lo menos durante el periodo descrito en su expediente clínico, por convulsiones acompañadas de dolor precordial, edema e irregularidades del pulso. Tomando en consideración la clínica de dolor de pecho que caracterizó los últimos días de Victoria, así como los hallazgos cardiacos, parece ser que la supuesta epilepsia que padecía no fue la causa de su muerte, sino que ésta se debió a fenómenos cardiovasculares. Sin embargo, es un hecho bien documentado que el Presidente Victoria sufría de eventos convulsivos, lo que nos lleva a pensar que quizá los ataques diagnosticados como epilépticos tuvieran un componente cardiaco. Por todo esto se sugiere que probablemente una enfermedad de Chagas fue la presencia de fenómenos convulsivos, probablemente secundarios a una enfermedad vascular cerebral, fue la causa de la enfermedad y muerte del primer Presidente de México, Guadalupe Victoria.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

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