Un Complejo Cultural Histórico para Cajeme.- Crónicas para la historia (No. 77).- AMLO está mal asesorado, no se trata de conservar sólo el estadio Tomás Oroz Gaytán, sino tener visión de grandeza para construir un complejo histórico-cultural
Bernardo Elenes Habas
No está bien asesorado el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre otro tipo de necesidades en Cajeme.
Es decir, las que están más allá de estructuras planas, y necesariamente encaminadas a satisfacer aspectos que los ojos pragmáticos de los políticos no perciben, pero que realmente requiere el alma histórica y cultural de la comunidad, porque sufre orfandad de ellas.
Se trata de elementos subjetivos, sin mayores urgencias. Podrían decir.
Cierto. Pero en el genoma social, el tejido cultural, histórico, creativo, es tan indispensables como las escuelas y los hospitales mismos, porque le dan magnitud y luz al alma de un pueblo para que trascienda en el tiempo.
¿A qué me refiero?
A que López Obrador solamente está aceptando como premisas, lo que su círculo de colaboradores le hacen llegar (entre aquellos que mal informan a AMLO, están los diputados Javier Lamarque, Marco Antonio Carbajal Miranda, y el senador Arturo Bours, quienes tienen una visión muy gris, por no decir mediocre, de lo que Cajeme necesita para fortalecer su espíritu, la identidad de sus presentes y nuevas generaciones), y por ello considera que, al menos en Ciudad Obregón, debe de conservarse el estadio Tomás Oroz Gaytán (lo mismo que el Héctor Espino, en Hermosillo), como espacio dedicado al béisbol, pero poniendo en subasta los terrenos aledaños.
¿No le informaron al Presidente que hay, en la ciudad, terreno suficientes para practicar el béisbol, incluyendo los llanos de donde surgen los mejores deportistas; pero que sí se carece de un complejo cultural-histórico, de tal manera que no se pierda la memoria del municipio?
Por eso es necesario sopesar que si el nuevo gobierno es capaz de alentar la construcción de un museo, dimensionar áreas para un centro ceremonial indígena, y la posibilidad de una rotonda de cajemenses ilustres, como me comentó recientemente Adalberto Anduaga, y darle vida y luz a la memoria de luchadores sin tregua como El Machi, Jacinto López, Ramón Danzós Palomino, Pascual Ayón, Bernabé Arana León, a periodistas de la talla de Leo Rosenfeld Jesús Corral Ruiz, Bartolomé Delgado de León, José Luis Pérez R., Manuel J. Zavala, sólo por citar algunos nombres, estaría abriendo nuevos y necesarios horizontes en Cajeme.
Y, téngase por seguro, que en el espacio que ocupa el TOG y su periferia, podría darse vida a este sueño legítimo, para heredarle a las presentes y futuras generaciones no solamente una estrecha parcela para el deporte, sino un valle para que la luz ilumine el corazón de Cajeme.
Es tiempo de pensar en grande, para rescatar la memoria de la comunidad, la que no debemos permitir que se diluya, que se tergiverse, que muera…
(Fotos: diferentes aspectos del estadio Tomás Oroz Gaytán).
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