Por andar con un ojo al gato y otro a los candidatos, había pasado de largo un asunto que se va a calentar por estos días en el Congreso del Estado y tiene que ver con el proceso de designación de los comisionados del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información.
Hay 34 personas inscritas y de esa lista la gobernadora Claudia Pavlovich habrá de escoger una terna que a su vez enviará al Congreso para que, sin pasar por la Comisión de Transparencia que preside Martín Matrecitos, el pleno tome una decisión.
El tema cobra relevancia no tanto por los inscritos en la lista, donde hay de chile, de dulce, de manteca y hasta un mal chiste, sino porque la bancada de Morena y algunos de sus aliados empujarán para posponer este tema y enviarlo a la congeladora para que la decisión sea tomada por la próxima legislatura.
Su apuesta es a que el resultado electoral del seis de junio les favorezca, de manera que mantengan la mayoría en la Cámara local y ganen la gubernatura, lo cual pavimentaría el camino para una designación de comisionados afines a ese eventual nuevo gobierno.
En la lista se encuentran inscritos los actuales comisionados: Martha Arely López Navarro, Francisco Cuevas Sáenz y Andrés Miranda Guerrero.
Hay algunos perfiles interesantes, como el de Rafael Higuera Alfaro, que tiene experiencia en el Instituto y hace tiempo aspira al cargo. O Jesús Antonio Gutiérrez Gastélum, que ya ha sido representante de partido ante el IEE y asesor de bancada en el Congreso.
El mal chiste es Jorge Morales Borbón, el ex secretario de Comunicación Social de Guillermo Padrés Elías. No tiene ni caso abundar en este perfil, que ahí quedará para el anecdotario de lo absurdo.
Pero un perfil que la transparente lectora, el accesible lector no deben perder de vista es el de Jesús Román Gutiérrez Sánchez, que acumula experiencia en los sectores público y privado en materia de análisis y evaluación de proyectos, auditoría, licitaciones y contratos; consultoría y capacitación en ley de obras públicas, adquisiciones, contabilidad gubernamental, entre otros.
Es decir, no es un aspirante más a una beca de siete, seis o cinco años (que es lo que dura el cargo ya que son sustituidos de forma escalonada) sino un hombre con más de 20 años de experiencia en esos temas. Actualmente se desempeña como director general de Seguimiento Institucional en la Oficina del Ejecutivo estatal.
Digamos que, si se quiere relanzar el trabajo del Instituto de Transparencia, este es uno de los perfiles a tomar en cuenta.
Ahora bien, como decíamos al principio, lo más relevante en este proceso es la ruta crítica. La gobernadora debe enviar una terna al Congreso y éste aprobarla con las dos terceras partes de los votos (22 diputados) o rechazarla en su caso. Si así sucediera, la jefa del Ejecutivo deberá enviar una nueva terna y así hasta lograr la votación requerida.
Y aquí es donde la puerca de la política tuerce el rabo, porque si hasta hace poco los más interesados en relevar a los actuales comisionados era la bancada de Morena y sus aliados, hoy no parecen tener mucha prisa.
Aunque la bancada del PRI ha logrado mayorías calificadas para sacar adelante otros temas importantes, señaladamente los presupuestales, en las actuales circunstancias de reacomodos electorales esto le resultaría sumamente difícil. Recordemos que dos de sus aliados (PANAL y PVEM) ya forman parte de la alianza electoral que encabeza Morena y aunque son pocos votos (3), son imprescindibles para decidir una votación.
Sucede lo mismo con la diputada de MC, María Dolores del Río, que ya trabaja oficialmente en la campaña de Alfonso Durazo y, aunque ella votó a favor de la propuesta presupuestal del gobierno del estado 2021, en este tema puede plegarse al voto morenista, como podrían hacerlo diputados y diputadas del PT y hasta del PES.
Esta podría ser la mayoría calificada que más se les complique a los actuales operadores políticos del gobierno estatal, a quien le conviene resolver este tema antes de finalizar su periodo.
Morena y su candidato no quisieran que les dejaran tres comisionados adversos a su proyecto en caso de ganar la gubernatura y de allí su oposición a que el tema se resuelva en este periodo de sesiones.
Veremos qué rumbo toman las cosas en los próximos días.
II
Volvió a correr fuerte anoche la versión de que ya está tomada la decisión en el PAN respecto a quién será el candidato de la Alianza Va por Sonora a la alcaldía de Hermosillo y esa decisión habría favorecido a Antonio Astiazarán Gutiérrez.
Hasta entrada la noche no fue posible corroborar esta información, pero sí versiones en el sentido de que todo se resolvería hasta el próximo viernes. El hecho de que ‘El Toñito’ se haya registrado ante las instancias partidarias es un trámite que concluye con su registro ante el IEE, y el plazo para ello vence el 8 de abril.
Se dice que Norberto Barraza no se registró y en caso de que sea cierto, eso abre la posibilidad de escenarios que ya planteamos aquí en despachos anteriores, y uno de ellos es que en la capital la alianza no lleve un candidato común, sino que el PRI y el PRD postulen a Barraza y el PAN vaya solo con Astiazarán.
Mañana habrá noticias.
III
Algunos datos deben tener en la presidencia de la República, que ordenaron echar toda la carne al asador para asegurar la mayoría en el Congreso de la Unión a partir de las próximas elecciones.
Al parecer no están muy seguros de lograrlo y menos con el nuevo acuerdo del INE para acotar la sobrerrepresentación en la Cámara, un tema complicado sobre el que conviene volver en el despacho de mañana.
Lo cierto es que entre las prisas y precipitaciones todo se les hace poco, incluso mentir. Morena publicitó que ha donado la mitad de sus prerrogativas para la compra de vacunas, pero el INE lo desmintió mediante un oficio.
Desde el gobierno federal han echado a andar todo un ejército de funcionarios para coaccionar el voto de los beneficiarios de programas sociales, sobre todo créditos. Más aún, les presionan entregándole a cada uno diez formatos para que consigan los datos personales de otras diez personas, incluyendo teléfono, dirección y número de la credencial para votar.
El presidente anuncia como una noticia bomba el descubrimiento de un yacimiento petrolero que hace tres años anunció Peña Nieto. También desata el furor de sus fieles al anunciar que la pensión de adultos mayores se entregará a quienes tengan 65 años y no 68.
Lo curioso es que ese programa ya estaba así antes de que llegara AMLO a la presidencia. Él fue quien aumentó la edad para la entrega, dejando a cientos de miles de adultos mayores sin su pensión, y ahora se las regresa justo cuando las campañas electorales están en marcha. Promete también un aumento en los montos.
Si la oposición pensaba que tendrían alguna ventaja por el hecho de que AMLO no aparecerá en las boletas electorales, permítanme decirles que no hay tal: el presidente aparecerá todos los días promoviendo, abierta o soterradamente el voto a favor de Morena.
De ese pelo.
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