El verdadero debate se dará en las urnas.- Nadie puede proclamarse vencedor en un foro sin profundidad para analizar y defender ideas, y dónde los participantes, más que cualidades exhiben carencias para hablar y hasta para leer.
Bernardo Elenes Habas
El IEE, partidos, candidatos, y la clase política misma, no han aprovechado experiencias positivas y negativas heredadas por los debates que, en el tiempo, se han suscitado en Sonora.
Se acumulan los mismos errores, se descuida la transmisión hacia la ciudadanía, y los aspirantes a conducir los destinos de la entidad por seis años, piensan y actúan más bien en razón de su propio ego, y no para construir puentes claros y creíbles que les abra comunicación con el principal activo de toda elección: la ciudadanía.
Más bien, los debates se han venido convirtiendo en escaparates no para valorar los proyectos de los contendientes, la forma en que los sustentarán siendo gobierno, sino espacio para apreciar titubeos, yerros en el devenir político, carencias de recursos verbales, y hasta muestras de desesperación al no sentirse a la altura de las circunstancias.
No hay mucho sobre qué hablar positivamente, del primer debate entre los seis aspirantes a gobernar Sonora.
Sólo decir que la atención de quienes siguieron la transmisión del mismo, se centró en Alfonso Durazo, Ernesto Gándara y Ricardo Bours, porque los electores tienen muy claro que entre ellos se dará la batalla final el 6 de junio, en las urnas.
Y, quien salió más raspado de la comparecencia por razones lógicas, fue precisamente Durazo:
Primero, porque es el candidato a vencer. Segundo, porque mostró que carece de aplomo, recursos verbales, lee mal e improvisa peor. Alfonso, no es para debates. Su campaña debería seguir sustentándose en la fortaleza de sus propuestas a favor de Sonora y los sonorenses, y no precisamente para pregonar la instauración en el terruño de la 4T.
Es que de por sí, la 4T viene precedida de fuerte desprestigio sembrado por los enemigos de AMLO; y a ésta, el mismo Presidente le ha sumado errores y vicios, centrados en el eje perverso de la división que daña el alma de México y los mexicanos, convirtiéndose, a estas alturas, en odio.
Ricardo Bours y Ernesto Gándara, pasaron sin pena ni gloria dicho foro. Se mostró Ricardo con la agresividad que le ha agregado a su personalidad los últimos días, quizás para alcanzar la notoriedad que le niega su campaña. Y Ernesto se mantuvo prudente. Aunque sabe construir y exponer con claridad sus ideas, le faltó demostrarle a los sonorenses que sus rivales no son Durazo ni Bours, sino la marea amenazante de la 4T, contra la que debería, desde ahora, tener todo un proyecto para enfrentarla y contrarrestarla en el futuro inmediato.
El debate verdadero lo darán Alfonso, Ricardo y Ernesto, en el escenario de las urnas el próximo 6 de junio, donde hablarán, sin fanatismos, los votos de una sociedad con mayoría de edad que sabe pensar por sí sola.
Le saludo, lector.
