Las pasiones del poder.- Sospechoso el robo de tapas de alcantarillas en Cajeme, lo que daña la economía del Oomapas, pero también pone en peligro a la ciudadanía.- Se han robado 380 tapaderas de brocales, y a pesar de las investigaciones persiste el misterio…
Bernardo Elenes Habas
Es preocupante la consistencia con que la delincuencia actúa robando las tapas de metal de las alcantarillas en calles de Ciudad Obregón.
En diez meses a la fecha, 380 tapaderas, han sido retiradas de sus brocales, lo que representa una pérdida económica para el Organismo Operador de Agua Potable y Saneamiento, de 3 millones 354 mil pesos, de acuerdo al informe que proporcionó el lunes anterior en la conferencia Diálogo con Cajeme, Luis Castro Acosta, director del Oomapas.
Se han realizado investigaciones al respecto, pero no se tienen resultados. ¿Si no existen indicios de que las chatarreras compran dichos aditamentos, habría que extender las pesquisas hacia otros lugares para acabar con dudas, y buscar en empresas fundidoras, bodegas, confinamientos, por ejemplo; o bien, posibles traslados del material fuera de Cajeme, porque se vuelve un imperativo encontrar culpables y acabar con esa sangría que no solamente daña al Oomapas y al Ayuntamiento, sino a la ciudadanía, a las familias que pagan servicios y cumplen con impuestos, quienes también son expuestos al peligro, porque los autos, motocicletas, bicicletas son susceptibles de caer en esas oquedades, y los mismos peatones, hombres, mujeres, niños…
Aunado a que se vuelve indispensable acabar dudas de si se trata de un daño premeditado buscando descarrilar de alguna forma la administración que conduce Javier Lamarque, quien en su paso por su primera experiencia como Presidente Municipal en 1997-2000, sufrió junto con la ciudadanía atentados criminales que están en la memoria de las familias, como el caso de las “aguas contaminadas”, que hicieron que las tuberías de la red de abastecimiento en hogares, empresas e instituciones surtieran un líquido turbio y pestilente.
Sería necesario revisar en el Congreso del Estado, los avances que dejó sobre una ley encaminada a controlar a las chatarreras en la compra de metales, tuberías de cobre, cableado eléctrico, placas de monumentos, Ventura Félix Armenta, quien fuera diputado en la 58 Legislatura, y de ser necesario fortalecerla de acuerdo a los tiempos y ejecutarla, porque ciertamente es mucho el daño que provoca la delincuencia no solamente en el caso de las tapas de coladeras, sino en la forma en que destruyen tuberías e instalaciones eléctricas de escuelas y hogares…
No es un tema menor estas acciones de vandalismo, para que los diputados no alcancen a vislumbrar el daño social y económico que provocan, decidiéndose a actuar para que la impunidad no mantenga su carta de identidad en ciudades y municipios como es el caso de Cajeme, donde dichos actos delictivos aparentemente comunes, podrían tener el perfil de un boicot con raíces políticas…
Le saludo, lector.
