De acuerdo con Profeco, se considera que estos envases son de un solo uso, especialmente los de plástico, porque si se emplean por más tiempo se pueden deteriorar, lo cual permite la entrada de bacterias.

Contaminación cruzada
Si previamente usaste el envase para almacenar alimentos crudos como carne, pollo o pescado, podrías exponerte a una contaminación cruzada, un proceso en el que los alimentos son expuestos a elementos externos, como bacterias, virus y parásitos que se impregnan y terminan por contaminar la comida.
Quedan residuos en su interior
Asimismo, si has guardado en recipientes de plástico de este tipo alimentos con grasa, es posible que sus residuos no se hayan eliminado por completo del plástico, por lo que Profeco sugiere no volverlos a emplear.
No todos los envases son aptos para el calor
Aunque parece sencillo meter el bote de yogurt con guisado al microondas esto es otra práctica riesgosa.
Profeco advierte que es necesario revisar que, sea cual sea el contenedor, éste tenga el símbolo de microondas marcado.
Además, si quieres quitarle los residuos a tu envase reutilizado o bolsa hermética con agua caliente, piénsalo dos veces, pues esto afecta el plástico y aumenta el riesgo de que “los productos químicos del plástico que pudieran contener BPA se propaguen a los alimentos”.
El bisfenol o BPA es una sustancia usada para endurecer el plástico, hay estudios que relacionan su exposición con el riesgo de cáncer y está presente en artículos como biberones, botellas de plástico y el revestimiento interno de algunos envases de refrescos y alimentos.