El río que separa a México de Estados Unidos hace honor a su nombre: es grande y bravo, además de mortal. Este viernes, ocho migrantes murieron cuando intentaron cruzarlo. Los cuerpos fueron encontrados cerca de Eagle Pass, Texas.
Las autoridades siguen buscando posibles víctimas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) explicó que respondió un informe del jueves pasado en el que se se reportaba que un grupo numeroso intentaba cruzar la frontera sur por el río Bravo. Según un comunicado de la CBP, los funcionarios estadounidenses recuperaron seis cuerpos, mientras que los mexicanos recuperaron otros dos.
Asimismo, detalló que los equipos estadounidenses rescataron a 37 migrantes del río y detuvieron a otros 16, mientras que el equipo mexicano tomó en custodia a 39.
A pesar del riesgo de morir ahogado en el río, deshidratado en el desierto, por la picadura de una serpiente, de tener un accidente en el tren, o de ser víctima de criminales, las cifras de personas queriendo conquistar el sueño americano cruzando a pie siguen rompiendo récords.
Tan solo en el 2021, las autoridades reportaron un total de 226 muertes de inmigrantes en la frontera del estado norteamericano de Arizona, un nuevo récord desde que Fronteras Compasivas comenzó a contabilizar las muertes en 2006.
Rescatan a 22 migrantes centroamericanos en CDMX
La madrugada del pasado 11 de agosto se registró una fuerte movilización de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, luego de recibir una denuncia ciudadana sobre la presencia de varias personas que se encontraban privadas de su libertad en un domicilio ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza.
Fueron 22 migrantes centroamericanos que se encontraron encerrados en varias habitaciones de una casa que se encuentra en la esquina de las calles Romero Valle y Zoquipa en la colonia Lorenzo Boturini; 12 eran menores de edad.
Una de las personas que se encontraba en cautiverio aprovechó el descuido de sus victimarios y logró comunicarse a la línea de emergencia 911 para solicitar ayuda. Durante la llamada el adulto de 40 años de edad refirió que se encontraba con otras personas migrantes en un domicilio donde las tenían privadas de la libertad y sus captores les pedían 2 mil 500 dólares a cada una para dejarlas ir.
