Voz y palabra de Rigoberto Badilla.- A pesar de haber prestado servicios médicos en instituciones federales, no posee el beneficio de la jubilación.- En la administración 2018-2021 en Cajeme, logró un humilde cargo dentro de la Dirección de Cultura Municipal, hoy, cuando más lo necesita, se lo cancelan…
Bernardo Elenes Habas
Su palabra, la que suele pulir con sus herramientas de poeta, se mantiene ondeando como bandera para el mundo, desde el Valle del Yaqui, a sus 72 años…
Su voz, ciertamente quebrantada por un problema cerebro-vascular que le sobrevino hace unos meses, fluye lenta, pero con el esfuerzo que el juglar le imprime a su dicción, logra sobreponerse para reflejar su realidad.
Es el médico cirujano Rigoberto Badilla López, graduado por la UNAM. Es el cantor urbano y rural, que ha sumado su talento literario a su pueblo, Cajeme, desde los tiempos administrativos del doctor Oscar Russo Vogel (1976-1979), en beneficio del municipio y su gente, construyendo puentes para que transite de ida y vuelta la poesía. Abriendo puertas y ventanas para que entre a manos llenas el viento combatiente de la difusión cultural, pero también de la salud pública.
No posee el respaldo de la jubilación, pese a que prestó sus servicios médicos en instituciones federales, y los problemas económicos se le han acentuado con su enfermedad, pero también debido a que, inexplicablemente, lo dieron de baja de la estructura de la Dirección de Cultura Municipal en la actual administración 2021-2024, donde se desempeñaba desde la presidencia de Sergio Pablo Mariscal Alvarado (2018-2021).
Y, precisamente, esa exclusión del organigrama cultural oficial, se da cuando el doctor Badilla más necesita de que las instituciones, los gobiernos a los que ha servido aportando su talento, sus ideas, su parcela de poemas que es su heredad más preciada… sin embargo, se le ha dejado en el vacío, recargado en el paredón de la soledad, de la tristeza…
Sus amigos han intentado se le restituya en la nomenclatura de Oficialía Mayor, pero le han dicho que solamente el alcalde Javier Lamarque Cano, puede tomar esa decisión…
Es difícil la situación para Rigoberto Badilla López, el autor del poemario “Espejos en el fondo del Océano”, editado por el Instituto Sonorense de Cultura y la Universidad de Sonora en 1992, el triunfador en el Premio Nacional de Literatura convocado por el periódico Novedades de la Ciudad de México en 1978, el Premio Nacional de Poesía en San Juan del Río, Querétaro, en 1983, el integrante del Grupo Cultural Siglo XX en Cajeme en 1973, el miembro de la Sociedad General de Escritores Sonorenses, desde 1991, el médico participante en múltiples cursos y diplomados relacionados con la salud de los mexicanos y los sonorenses, el encargado de la Unidad de Medicina Rural del IMSS-COPLAMAR en 1983-1984, el jefe de la Oficina de Epidemiología del ISSSTE en Sonora en 1986, el Médico de la H. Comisión de Box Profesional de Ciudad Obregón, Sonora 1982-1988, Médico de Ring y Secretario de la Liga Municipal de Box de Aficionados de Ciudad Obregón 1982-1988, el coordinador, junto con Gudberto Vivian, Jesús Antonio Salgado, Luis Alfonso Valenzuela, Bernardo Elenes Habas, del jubileo del Cincuentenario de Cajeme como Municipio, el poeta, escritor, dibujante, médico que le ha dado a Cajeme y a Sonora lo mejor de su vida, de sus capacidades profesionales y de su talento para bien de sus niños, sus jóvenes y sus instituciones, y que encontró en un humilde puesto dentro de la Dirección de Cultura Municipal una tablita de supervivencia, la que le retiran por ordenamientos burocráticos…
Tal vez por eso llega la desilusión y uno se pregunta: ¿valdrá la pena haberse esforzado tanto para entregar su horizonte humano en bien de su comunidad?…
(En la gráfica, durante reunión de amigos con don Jesús Corral Ruiz, de izquierda a derecha, Dolores Cuevas, Luciano, Agustín Ceceña, Bernardo Elenes Habas, Jesús Corral Ruiz, Cesáreo Pándura, Rigoberto Badilla López y Jesús Antonio Salgado).
Le saludo, lector.
