Según fuentes oficiales, el presidente ruso Vladímir Putin ha ganado las elecciones con un abrumador 87,5% de apoyo, asegurando así su permanencia en el Kremlin hasta 2030. Esta victoria marca su mayor triunfo electoral desde que asumió el cargo en el año 2000, a pesar de las tensiones internacionales derivadas de la guerra en Ucrania y las sanciones económicas impuestas por Occidente.
Con 71 años de edad, Putin continuará liderando Rusia durante los próximos seis años, tras lo cual podrá presentarse nuevamente a la reelección, gracias a las reformas constitucionales realizadas en 2020 que eliminaron los límites de mandato presidencial. Entre los candidatos rivales, el comunista Nikolái Jaritónov ocupó el segundo lugar con un 4% de los votos, seguido por Vladislav Davankov del partido Gente Nueva con un 3,86%, y Leonid Slutski, el candidato ultranacionalista, con un 3%.
La oposición al Kremlin no pudo participar en los comicios debido a la falta de registro por parte de la Comisión Electoral Central (CEC), generando críticas sobre la transparencia del proceso electoral. A pesar de las denuncias de manipulación electoral por parte de expertos independientes y la prensa en el exilio, la CEC ha negado la ocurrencia de irregularidades graves.
La participación en estas elecciones ha sido históricamente alta, superando el 74% a falta de tres horas para el cierre de los colegios electorales. Este alto nivel de participación refleja el interés y la implicación del electorado ruso en el proceso político del país. Además, miles de ciudadanos rusos votaron en masa en protesta contra la política de Putin y la situación en Ucrania, mostrando un claro descontento con la dirección del país.
