Bernardo Elenes Habas
Se convierte en salmuera
mi canto marinero,
vaivén de olas enhiestas
buscando los linderos
del cielo y de la tierra.
Hay un brazo de mar que llega
hasta mis venas,
extendiendo horizontes,
caracolas sencillas
donde duermen los siglos.
Hay destellos de estrellas
que emergen de mi ser
avizorando el núcleo azul
de la esperanza…
Con húmedas vocales
configuro mi historia;
mi corazón de agua
revienta
sus asombros,
enciendo fogatas oteando el infinito.
Estoy de pie en la bruma
con el mapa del cielo
abierto ante mis ojos.
Recorro las distancias de viento y soledades,
me bebo las leyendas de olas y naufragios,
noches de tempestades devorando las barcas,
la niebla de los muelles,
mi biografía incierta…
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