El 30 de septiembre se ha popularizado como el “Día Internacional de regalar carritos Hot Wheels”, una tendencia que ha ganado fuerza principalmente en redes sociales como TikTok y otras plataformas, donde se invita a las personas a celebrar y compartir un gesto sencillo, pero significativo: obsequiar uno de estos pequeños autos como símbolo de cariño y amistad.
Esta costumbre tiene su origen reciente en México, cuando el influencer Alejandro Rodríguez propuso la idea en respuesta al “boom” del regalo de flores amarillas el 21 de septiembre, un símbolo de amor y respeto hacia las mujeres. En este caso, la propuesta fue destinada a que los hombres también reciban un gesto de afecto, y qué mejor que hacerlo con algo que muchos asocian con su infancia: los icónicos carritos Hot Wheels.
El atractivo de regalar estos autos no solo radica en la nostalgia, sino también en su historia. Los Hot Wheels fueron lanzados por la compañía Mattel en 1968 y desde entonces se han convertido en una marca que trasciende generaciones. Estos autos de juguete, fabricados principalmente de metal y plástico, son conocidos por su diseño estilizado, ruedas giratorias y una gran variedad de modelos, que van desde autos deportivos, clásicos, hasta vehículos de películas y videojuegos. Además, han evolucionado con el tiempo, incluyendo series especiales como la “Treasure Hunts”, que es altamente valorada por los coleccionistas debido a sus ediciones limitadas.
La viralidad de esta tendencia en redes sociales ha dado lugar a una explosión de creatividad entre los usuarios, quienes personalizan los regalos de Hot Wheels de maneras originales, desde decorar los carritos con dulces o acompañarlos con detalles adicionales. Más allá de ser un simple juguete, el acto de regalar un Hot Wheels en esta fecha ha adquirido un simbolismo romántico, familiar y amistoso, convirtiéndose en un detalle que une generaciones y recuerda la importancia de compartir momentos especiales.
Este 30 de septiembre, la celebración no es solo un guiño a la infancia, sino una manera emotiva de conectar con aquellos que apreciamos, mediante un obsequio que, aunque pequeño, tiene un gran significado.
