No sólo nos falta agua, la que tenemos no es de la mejor calidad: José Sarukhán

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Subrayó que la situación del agua en México es extrema, pues de la calidad y disponibilidad que se tiene, el 49% es poco contaminada, el 15% es contaminada, el 7% es altamente contaminada, el 22% es aceptable y sólo el 5% es excelente

“El problema que tenemos del agua en el planeta es tan serio que el Foro Económico Mundial lo marcó como uno de los más graves en el futuro, acompañado de las tragedias hídricas como huracanes e inundaciones”, señaló José Sarukhán, miembro de El Colegio Nacional, al impartir la conferencia “Agua, naturaleza y bienestar” en la que habló de la urgencia de cuidar los árboles y los ecosistemas, así como de tener una mejor gestión del líquido en las actividades humanas.

Con esta sesión se inauguró el IX Encuentro Libertad por el Saber titulado “Agua y vida”, coordinado por los colegiados Leonardo López Luján, arqueólogo; Alejandro Frank, físico; Antonio Lazcano, biólogo, y Felipe Leal, arquitecto. Este espacio de reflexión y análisis se llevará a cabo del 4 al 10 de noviembre en la sede de El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX).

El biólogo mexicano expuso que, con relación a la distribución del agua en la Tierra, el 99% del líquido es agua salada que se encuentra en los océanos y los casquetes solares, el 0.67% está en los mantos acuíferos y el 0.009% está en los lagos de agua dulce. Esto significa que el llamado ‘planeta azul’, no es realmente azul, debido a la falta enorme de este líquido en función de lo que se piensa que un planeta debería tener.

Al referirse a los costos hídricos de la vida cotidiana, Sarukhán mostró que una taza de café requiere 136 litros; una tonelada de papel, de 300 mil a 400 mil litros; una camiseta de algodón, 970 litros; un par de zapatos de piel, 8 mil litros; un auto puesto en la agencia 150 mil litros; un teléfono inteligente, mil 760 litros, mientras que el queso consume hasta 5 mil 605 litros de agua. Por ejemplo, la producción de maíz se ubica entre los cinco alimentos que menos consume agua, pero, en Estados Unidos, son los jardines y los campos de Golf las actividades que más la utilizan.

“Estamos consumiendo agua, aunque no nos damos cuenta. El agua no viene de los tinacos, ni de las tuberías ni de las presas, viene de los bosques. Hemos perdido, a escala mundial, una enorme capacidad de captación de agua. Lo que hacen los árboles es retener el agua de lluvia y dejar que ésta se vaya a la profundidad del suelo para alimentar los manantiales, los acuíferos y los lagos de donde obtenemos el recurso. Los árboles no son los productores de agua, son los contenedores, los reguladores de que esa lluvia que nos llega la podamos captar”, subrayó.

El fundador del Instituto de Ecología y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, Conabio, explicó que, en el caso de México, de todas las selvas, desde las húmedas de Chiapas hasta las secas de Sinaloa, sólo quedan muy pocas. “Eran las esponjas que absorbían el agua de lluvia. El asunto es que sin suelos no tenemos nada, la ausencia de esas coberturas vegetales de las montañas produce una pérdida enorme de agua”.

Al responder a la pregunta ¿qué pasa cuando un país pierde la biodiversidad de manera importante? recordó que grandes civilizaciones antiguas desaparecieron básicamente por la pérdida de suelos y por la capacidad para producir de alimentos. Comentó que Haití es un claro ejemplo de esta situación, ya que después de independizarse de Francia, hace más de dos siglos, vendió sus árboles para pagar la penalización que el país europeo le implantó. “Haití ya es un país prácticamente desarmado desde el punto de vista social, tiene problemas severos para comer, para abastecerse y el agua está regularizada para su venta. Eso es lo que pasa cuando los países pierden fuertemente su diversidad biológica”.

El colegiado también expuso que los 653 acuíferos de México proveen el 70% del volumen de agua que se suministra en ciudades para abastecer a casi 75 millones de personas, así como para regar una tercera parte de la superficie agrícola irrigada. Sin embargo, la extracción inmoderada ha causado la sobreexplotación de 102 acuíferos. “Si el ciclo de captación de lluvia se rompe, estamos cortando las venas que nos llenan de agua. Si no tenemos esas coberturas verdes, los huracanes arrasan y el agua se pierde. Y es importante tener claro que los suelos no se pueden construir como las carreteras”.

En palabras del experto en demografía comparativa de árboles, urge cuidar las cabeceras arboladas cubiertas de ecosistemas en México. “Entre el 60% y el 70% de los ecosistemas arbóreos, que pueden captar las lluvias, está en manos de comunidades indígenas, ejidales, rurales, que viven ahí y necesitan de ellos para vivir. Esto no se ha tomado en cuenta. Hay ejemplos de cómo se puede conservar la diversidad biológica con beneficios económicos para la sociedad que habita esos sitios. Ningún gobierno en este país ha entendido que la mejor manera de reducir la pobreza de las zonas rurales es apoyando proyectos de tipo comunitario con los cuales la gente pueda vivir”.

“No sólo nos falta agua, la que tenemos no es de la mejor calidad. La situación del agua en México es extrema, pues de la disponibilidad y calidad que se tiene, el 49% es poco contaminada, el 15% es contaminada, el 7% es altamente contaminada, el 2% tiene presencia de tóxicos, el 22% es aceptable y sólo el 5% es excelente. Esto es otro de los temas que debería estar en la agenda de manejo del agua en México”, señaló el colegiado.

También comentó que México es de los países con mayor consumo per cápita del líquido. Es decir, a pesar de la baja disponibilidad, no hay una buena regulación en el uso del agua y, sobre todo, en materia agrícola ya que es la actividad que se lleva alrededor del 70% de esta disponibilidad. “Los ecosistemas conservados nos proveen naturalmente de agua y de oxígeno desde que existen hace miles de millones de años. La fábrica de oxígeno está en las plantas verdes y en el mar”.

José Sarukán concluyó su participación con algunas prioridades de acción inmediata, como : la creación de una nueva Ley General de Aguas con sentido ecológico y social; la asunción, en políticas públicas, de el hecho de que el ciclo del agua se inicia en las cabeceras bien conservadas de las cuencas hidrológicas dándole lugar al “agua ecológica”; la gestión metódica y racional de los acuíferos, y la participación de los usuarios en la gestión de la cantidad y calidad de agua en poblaciones urbanas.

Un encuentro para el bienestar de la humanidad

Durante la sesión inaugural, el colegiado Felipe Leal señaló que, desde su primera edición, en 2016, el Encuentro Libertad por el Saber organizado por El Colegio Nacional ha abordado temas que van desde la muerte y las revoluciones, hasta el papel de esta institución en la creación del México moderno; pasando por los problemas y oportunidades del país, los 500 años posteriores a la llegada de Hernán Cortés, el planeta sustentable, la pandemia de COVID-19 y la construcción de futuros posibles.

“En esta edición, hemos puesto la mira en el agua y la vida, reconociendo la importancia vital de este encuentro para el bienestar de la humanidad y el equilibrio del medio ambiente. La presencia del agua en los ecosistemas y su disponibilidad son esenciales para el desarrollo humano y la sobrevivencia de todas las especies de nuestro planeta”.

El coordinador del encuentro recordó que este año participarán 16 colegiados y cerca de 30 destacadas personalidades de las ciencias biológicas, exactas, sociales y del arte, quienes revisarán temas como el origen cósmico del agua, la sostenibilidad del vital líquido en las políticas públicas, su importancia cultural e histórica en México, así como la urgencia de valorarlo y protegerlo a través de la ciencia y el arte.

Por su parte, el colegiado Leonardo López Lujan, sostuvo que “la suma de visiones demuestra que el todo es mucho más que la suma de sus partes, a la vez que confirma que varias mentes en interacción se retroalimentan, se potencian y pueden alcanzar colectivamente soluciones sorprendentes y de suma utilidad. Esto se llama trabajo en equipo”.

Comentó que, en dicha dimensión, El Colegio Nacional es una institución del Estado mexicano creada en 1943 con el propósito de poner en interacción a una comunidad de cultura al servicio de la sociedad. Sus colegiadas y colegiados, pertenecientes a los más variados dominios de las ciencias exactas, las ciencias biológicas y de la salud, las ciencias sociales y las humanidades, las artes y las letras, tienen como misión difundir al gran público el estado de la cuestión del conocimiento científico y humanístico, así como el avance de la creación.

“Toca el turno al agua, en todas sus dimensiones imaginables y en todas sus acepciones. Tristemente el agua ha adquirido una dramática actualidad, cada mañana nos despertamos con noticias alarmantes que nos recuerdan cuán vulnerables somos como habitantes de este planeta, desastres hídricos infinitos, muchos de ellos consecuencia del cambio climático global. Contaminación del agua atmosférica, calentamiento y acidificación de los océanos, blanqueamiento de los arrecifes coralinos, derretimiento de glaciares y de los polos en su conjunto, desaparición bajos las aguas de islas y extensas zonas costeras, huracanes, tsunamis, trombas, inundaciones, y también sequías extremas”, enfatizó.

Agregó que, por desgracia, la desigualdad social propia de la civilización hace que no todos sufran por igual estas crisis: “grupos enteros sumidos en la pobreza y el abandono son pocos resilientes a tales fenómenos, víctimas por excelencia de hambrunas, enfermedades, desplazamientos y mortandad. En suma, en el omnipresente tema del agua se multiplican las llamadas de atención que deben movernos a la acción inmediata, impostergable”, enfatizó el arqueólogo mexicano.

Fuente: El Colegio Nacional

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