Comenzaste saliendo de tu nombre, entre colores encendidos de horizontes, con el mundo reventándose en tu pecho, mientras la tarde universal de luces, jugaba el artificio de crepúsculos. No intento ubicar la geografía que se llevó tu llanto, ni la tibia caricia de la arena que te enseñó cómo se siembran los primeros pasos…
Bernardo Elenes Habas
Quiero verte esta tarde
vistiendo camisa azul
para domingos,
diciendo canciones
de gaviotas,
y tu nombre de mar
con fragancias de escondidas
grutas en el pecho sinuoso
del océano.
antiguas resonancias
de piratas, de marinos en la fiebre
de la espera,
de pescadores roncos
con viejas palabras
y lejanas miradas
perdiéndose en la bruma…
Tus manos amo,
humilde pescador,
amasadas de rudas soledades,
de lluvias intensas,
de vigorosas partituras
donde alcanzaste
graduación de hombre.
Y tus ojos amo, pescador sencillo,
por eso desempolvo hoy mi palabra
que vibra en tus raíces,
para mostrar que sí aprendí
tu canto aventurero de marino,
tu acento férreo de pirata,
tu nombre,
pescador,
yo soy
tu hijo.
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