El conductor y creador de contenido Adrián Marcelo volvió a colocarse en el centro del debate digital tras publicar una entrevista con Fabiola Martínez, influencer y expareja de Alex Montiel, mejor conocido por su personaje cómico El Escorpión Dorado.
Durante la charla, transmitida en el canal del regiomontano, Martínez ofreció declaraciones contundentes que contradicen lo que Montiel y su esposa, Dana Arizu, habían sostenido meses atrás: que su matrimonio era una relación abierta en la que ambos podían vincularse sentimentalmente con otras personas sin considerarse infieles.
Martínez calificó esta narrativa como una estrategia de control de daños, diseñada para proteger la imagen pública del youtuber tras el escándalo generado por su relación extramarital. “Nunca me habló de una relación abierta, al contrario. Siempre fue algo oculto”, aseguró la también conductora.
Uno de los momentos que más impacto causó entre los seguidores fue cuando Fabiola reveló que Montiel le habría expresado su intención de revertir su vasectomía para tener un hijo con ella:
“Me dijo: ‘me voy a desamarrar para tener un bebé contigo’”.
Además, Martínez explicó que la relación se desarrolló sin protección y con un alto grado de intimidad emocional, lo que, en su versión, desmonta el argumento de un vínculo superficial o meramente físico.
La entrevista ha provocado una ola de reacciones en redes sociales, con opiniones divididas entre quienes respaldan la versión de Fabiola y quienes consideran que se trata de un intento por mantener viva una polémica ya desgastada.
Hasta el momento, ni Alex Montiel ni Dana Arizu han emitido una respuesta pública a las nuevas declaraciones. Sin embargo, el tema ha resurgido con fuerza en el debate sobre los límites de la exposición pública, la ética en las relaciones y la responsabilidad emocional de las figuras influyentes del entretenimiento digital.
La controversia también ha puesto en discusión el papel de los creadores de contenido como figuras mediáticas que manejan cuidadosamente su narrativa personal, en un ecosistema donde la línea entre lo privado y lo público es cada vez más delgada.
