
Poema de domingo.- El tiempo se hizo viejo, se convirtió en silencio, bajó por las laderas de los sueños febriles, recorrió los caminos, se llenó de recuerdos, abrió su corazón, amó entre lluvia y soles, escribió sus historias de asombro y soledades. El tiempo se hizo viejo, se convirtió en silencio, ya no pudo tatuar el agua de los días, forjar los pentagramas con romanzas sencillas, ya no pudo grabar en las blancas arenas los nombres del ayer, las huellas de la luz, la ilusión compartida… porque el vaivén del mar las trastocó en espuma, rumor de historias idas…
Bernardo Elenes Habas
La lluvia está dormida,
colgada en los andamios
de la noche.
Murmuran tus palabras

diciéndome que el tiempo
se hace viejo
viajando abordo
de un tren sin estaciones.
Los poetas y sus sueños
son eternos, respondo,
como el viento
que busca
el rincón de tu memoria,
como el río impetuoso
bajando de la sierra,
para darle humedad a tus desiertos;
como la luz que quiere incendiar
el follaje de la noche
para que alumbre
el sur eterno de tu cuerpo.
Las únicas verdades
de este encuentro,
donde cruzan sus puentes los deseos,
es que tú cargas la lluvia
en tus otoños
y el verbo amar rejuvenece,
volviéndose canción de eternidades…
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