El derrame cerebral, o ictus, no solo es la séptima causa de muerte en México (con 37,453 decesos en 2021, según Inegi), sino que a nivel mundial representa la principal causa de discapacidad en adultos. Esta alarmante estadística subraya la urgencia de mejorar la atención y el diagnóstico oportuno en el país.

Los especialistas del Centro Médico ABC, doctores Juan Manuel Calleja y Yolanda Murrieta, destacaron que el mayor desafío para el sistema de salud no es solo la atención, sino la rapidez con que se identifica la enfermedad vascular cerebral.
El ictus ocurre cuando el flujo sanguíneo se interrumpe, ya sea por una obstrucción (ictus isquémico) o una hemorragia (ictus hemorrágico), provocando la muerte de células cerebrales en minutos.
“El tiempo de reacción puede significar la diferencia entre la recuperación y un daño neurológico irreversible”, afirmaron los médicos, haciendo hincapié en que el tiempo es el factor decisivo.
Para combatir la alta tasa de daño permanente, el doctor Calleja mencionó que la identificación rápida de síntomas se facilita mediante la estrategia “camaleón”, un conjunto de señales sencillas diseñadas para la detección temprana de un infarto cerebral.






















































